El primer ministro de Timor Oriental, Xanana Gusmao, decretó el lunes el estado de emergencia por
48 horas y el toque de queda, tras el intento de grupos rebeldes de asesinar al presidente y premio
Nobel de la Paz, José Ramos-Horta. Los rebeldes también intentaron asesinar a Gusmao, pero escapó
del atentado.
Tanto el toque de queda como el estado de sitio deben ser aprobados por el vicepresidente del
Parlamento para que sean aplicadas.
Ramos-Horta resultó herido de bala en un ataque en la madrugada del lunes y trasladado a
Australia para ser hospitalizado de urgencia. El primer ataque contra el presidente fue lanzado
contra la residencia privada del jefe del Estado, situada en la capital Dili, por un grupo de
rebeldes armados que se enzarzaron en un tiroteo con los guardias. Ramos-Horta, de 58 años, recibió
un disparo en el abdomen.
Tras ser operado de urgencia en un hospital militar en Timor Oriental, el presidente
timorense fue trasladado en avión por la tarde a la gran ciudad australiana más cercana, Darwin
(norte), para ser hospitalizado. Su estado de salud fue calificado de "muy serio pero estable" por
el primer ministro australiano, Kevin Rudd. El gobierno australiano enviará refuerzos
"sustanciales" al contingente de 800 hombres que Australia ya tiene desplegados en Timor Oriental
junto a 1.700 policías de Naciones Unidas, para ayudar a estabilizar la situación, declaró Rudd a
los periodistas en Canberra.
Durante el tiroteo en la residencia del presidente murió el líder rebelde Alfredo Reinado, un
oficial destituido que se alzó en armas en 2006 durante una ola de disturbios que dejó 37 muertos y
más de 150.000 desplazados, informó el viceprimer ministro José Luis Guterres.
"El mayor Reinado murió y uno de los guardas presidenciales resultó herido", afirmó Guterres;
las fuerzas de seguridad buscan a los demás miembros del comando agresor.
En un ataque coordinado para asesinar a los líderes del país, los rebeldes atacaron hora y
media después el domicilio del primer ministro Gusmao, sumiendo a Timor Oriental en una nueva
crisis tras los mortales disturbios de 2006, que provocaron el despliegue de fuerzas
internacionales para resturar la calma. Gusmao, que fue presidente de Timor Oriental tras la
independencia del país en 2002 hasta que Ramos-Horta fue elegido el año pasado, escapó al ataque y
afirmó que la situación se encuentra bajo control.
"Incluso si el Estado ha sido atacado por un grupo armado y si el presidente fue herido, el
Estado controla la situación. Las cosas siguen su curso normalmente y la situación está bajo
control", dijo Gusmao.
Después de una ola de profunda desestabilización, de abril a junio de 2006, policías y
soldados extranjeros, en parte bajo el mandato de la ONU, están a cargo de la seguridad en Timor
Oriental, un país que conquistó la independencia de Indonesia en 2002. Ramos-Horta, premio Nobel de
la Paz 1996, fue elegido el año pasado presidente de Timor Oriental tras haber sido primer ministro
y encarna la resistencia de esta ex colonia portuguesa ocupada por Indonesia durante 25 años.