INTERNACIONAL
Temen un desastre ambiental

Ballenero japonés rechaza la ayuda de Greenpeace

El Nisshin Maru se incendió con mil toneladas de carburante a bordo. Un miembro de la tripulación está desaparecido. Japón no suspendió la caza de ballenas y pide la ayuda de los Gobiernos australiano y neozelandés.

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El buque de Greenpeace en la Antrtida. Ballenero averiado rechaz su ayuda. | AFP

"No queremos su ayuda. Son terroristas" dijo el director de la Agencia de Pesca de Japón, Hideki Moronuki, tras el ofrecimiento de ayuda de la organización ecologista Greenpeace al buque ballenero Nisshin Maru averiado en la Antártida.

Greenpeace advirtió que podría producirse un desastre medioambiental en el Mar de Ross, donde el buque sufrió un incendio el pasado jueves con unas mil toneladas de carburante a bordo, informó el diario español El Mundo que cita a EFE.

El barco de la organización ecologista Esperanza está a menos de 24 horas del Nisshin Maru, ubicado a unos 500 kilómetros de la base neozelandesa de Scott, en la isla de Ross, y a unos 185 kilómetros de la mayor colonia mundial de pingüinos Adelie, informó Greenpeace en un comunicado.

Pese al incendio, el gobierno de Tokio no piensa por el momento poner fin a la caza de los cetáceos, según dio a entender hoy un vocero del Ministerio de Pesca nipón.

En tanto, Moronuki, dijo la radio australiana ABC que pidió la cooperación de los Gobiernos australiano y neozelandés, pero agregó que no quieren la ayuda de los barcos que protestan en aguas de la Antártida contra la matanza de ballenas.

Peligro en el agua. A bordo del buque ballenero se encuentran, según estimaciones, 1.000 toneladas de gasolina, petróleo y productos químicos.

Steve Corbett, vocero del Servicio Marítimo de Nueva Zelanda, indicó a la agencia australiana AAP que las autoridades neozelandesas temen que aún pueda producirse un vertido de combustible.

Aún se desconoce aún cuál fue la causa del incendio y el paradero de uno de los miembros de la tripulación, que desapareció durante el incidente.

Según informó el jueves la AAP, una veintena de los 161 miembros de la tripulación se quedó a bordo y consiguió apagar las llamas, mientras que el resto del personal fue evacuado a otros barcos de la flota japonesa.