INTERNACIONAL

Berlín, ciudad sin muros

Los nuevos y viejos secretos de la nueva capital cultural de Europa. Galería de fotos.

Berlín, la capital europea más económica y nuevo centro neurálgico de la cultura del Viejo Continente.
| Cedoc

La capital alemana no puede con su genio: necesita abarcar todos los frentes de las sensaciones humanas en una dimensión fácil de transitar y vivir bien en pocos días. Berlín es redundantemente monumental, historia viva a cada paso y un gigante europeo que merece estar en el top mundial de todos los viajeros de buena cepa. Por más pasado que tenga, la urbe es también gran presente, un símbolo del progreso, del avance moderno, y se renueva con el color y la rebeldía del arte y el diseño en cada una de sus arterias.

Los que tengan ganas de empezar con la Berlín imponente sólo tienen que tomar el curso de la Unter den Linden, que en alemán quiere decir “bajo los tilos”, por los árboles que la escoltan. No sólo es la avenida más importante, también alberga, o los toca de cerca, los monumentos y edificios más representativos. En ella se exhibe el legendario hotel Adlon y la Puerta de Brandemburgo, emblema de la reunificación de las dos partes de Berlín cuando el Muro cayó. Hoy, lo que abunda bajo la majestuosa puerta son turistas posando para las fotos, pero no deja de ser una parada obligatoria que además conecta con el parque Tiergarten, un pulmón verde tan grande que parece un bosque.

Los lugareños y turistas lo eligen para hacer picnics y caminatas. En el corazón del parque se encuentra la Columna de la Victoria, una torre con una estatua en la cima a la que se puede acceder para ver el panorama. Y si los pies todavía tienen cuerda, cortando la plaza por la calle Hofjägerallee, se llega al Museo de la Bauhaus, situado en Klingelhöferstraße 14. Es un centro sumamente inspirador y un buen reflejo de su historia.

Otro vecino importante del parque es el Parlamento alemán, Reichstag, un actor esencial en varios momentos clave de la historia germana y mundial, al que ahora se puede acceder para subir a su cúpula y tener una vista privilegiada de la ciudad (la entrada es gratuita pero hay que reservar cupo previamente). La remodelación del Reichstag estuvo a cargo del arquitecto inglés Norman Foster, dato no menor para los que recorren el mundo buscando sus obras.

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