El estado de salud del mandatario italiano Silvio Berlusconi, que fue agredido anoche en Milán, es más grave de lo que se pensaba inicialmente. "Il Cavaliere" deberá permanecer más tiempo hospitalizado ya que tiene fractura nasal, dos dientes rotos, el labio partido, y perdió medio litro de sangre.
La agresión ocurrió después de un acto político en la Plaza del Duomo de Milán. Massimo Tartaglia, de 42 años, había asistido al lugar y se sintió irritado por los dichos de Berlusconi, informó el diario español El Mundo. Cuando estaba a punto de irse, vio a un grupo de personas increpando al mandatario, por lo que se acercó y le arrojó al rostro una reproducción de la catedral de Milán, que había comprado minutos antes en un puesto callejero.
Tartaglia, que se ha declarado opositor al Gobierno y se somete a tratamientos psiquiátricos desde hace 10 años, fue detenido en una celda aislada de la cárcel de Milán y será juzgado por "heridas graves premeditadas", según la agencia de noticias AFP.
Si bien en un principio se esperaba una recuperación rápida, Berlusconi, de 73 años, se vio muy afectado por el ataque. "Decidiremos mañana si le damos el alta, pero no está claro que se la vayamos a dar. Las consecuencias son más graves de lo que pensábamos ayer, por lo que en las próximas 24-36 horas lo tendremos en observación", explicó su médico personal, Alberto Zangrillo.
El mandatario italiano recién se restablecerá completamente en unos 20 días, aunque no deberá ser sometido a una intervención quirúrgica, precisó el médico a la agencia AFP.
Berlusconi recibió numerosas manifestaciones de solidaridad de los principales líderes políticos italianos, así como del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y del primer ministro ruso, Vladimir Putin. Sin embargo, al igual que ocurrió con el hombre que arrojó un zapato al ex presidente estadounidense George W. Bush, han aparecido numerosos grupos en Facebook que erigen al agresor como un héroe.
