La región boliviana de Tarija definirá mañana su voluntad de
convertirse en una provincia autónoma, en el último de una serie de referendos en
cuatro de los nueve departamentos bolivianos.
Si se cumplen los pronósticos, el resultado de mañana podría implicar
un golpe más al gobierno del presidente Evo Morales, quien desde su asunción viene
sufriendo los embates de las regiones más ricas del país que consideran que “el
centralismo” los perjudica porque reciben sólo una parte de las ganancias que generan.
Tarija, por ejemplo, concentra el 85% de las reservas de gas de Bolivia pero recibe solamente
el 11% de las regalías por el gas. Planteos similares hacen los prefectos de los departamentos de
Pando, Beni y Santa Cruz, la región más rica del país.
Al cierre de la campaña por el “sí” el jueves pasado, el prefecto de Tarija,
Mario Cossio, afirmó que el resultado de mañana dará comienzo a “una nueva etapa en la
conquista de autonomías para toda la patria”, a la que los líderes opositores de la
“Media luna ampliada” denominan “Gran Proyecto Nacional Autonómico”.
Aunque Morales se opuso rotundamente a la realización de estos referendos -a los que
considera "ilegales" e "inconstitucionales"-,
el resultado del primero de
ellos (en Santa Cruz, el 4 de mayo pasado) obligó al Senado a
aprobar una iniciativa
propuesta por el presidente en diciembre del año pasado: la de llamar a una consulta revocatoria de
mandatos.
El 5 de diciembre de 2007, Morales había propuesto al país someter a un referéndum
revocatorio tanto su propio mandato como el de los nueve prefectos departamentales, a fin de dar
una solución pacífica a la tensión política entre el oficialismo y la oposición.
Luego de varios días de debate, la Cámara de Diputados aprobó el 15 de diciembre el proyecto
de Ley de Referéndum Revocatorio de Mandato Popular y lo remitió a la Cámara Alta, que la aprobó
recién cinco meses después (y tras el referendo en Santa Cruz), el 8 de mayo de este año.
La Ley de Referéndum Revocatorio de Mandato Popular establece que para revocar los mandatos
hace falta que el "no" a la continuidad supere el porcentaje de apoyo obtenido en las
elecciones nacionales y departamentales de 2005. Por lo tanto, para revocar el mandato de
Morales, que fue elegido con el 53,4 por ciento de los votos, el “no” debería ser
superior a este porcentaje.
El jueves pasado, mientras en Tarija se cerraba la campaña, el presidente se mostró
confiado: "Si mañana fuera el referendo, yo sé que pasamos el 54 por ciento. Hasta me atrevería a
decir que mejorará ampliamente", dijo y explicó que sustenta esta percepción en los resultados que
conoció hace dos semanas de una encuesta realizada en La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz.
El mandatario afirmó además que el 10 de agosto cambiará el mapa político regional de Bolivia
y dijo estar convencido "de que muchos (prefectos opositores) van a ser revocados. Ojalá todos. Así
no habrá una tranca, así no habrá bloqueadores de este proceso de cambio".
Al día siguiente, y tras varios de días de denunciar “intentos
desestabilizadores”, fueron detenidas dos personas ligadas a una organización de ultraderecha
de la ciudad de Santa Cruz, acusadas de querer asesinar a Evo Morales. Los dos hombres, que
portaban un fusil con mira telescópica, fueron liberados horas después por la Fiscalía del
departamento opositor.
*Redactora de
Perfil.com