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Brasil ajustará su economía en 2015 y corregirá “excesos y distorsiones”

Liderazgo. La jefa de Estado impartió directivas a sus 39 ministros tras la toma de posesión.
| AFP
Agencias
Brasilia
La economía brasileña entrará en 2015 en una etapa de ajuste que, según el gobierno de la reelecta Dilma Rousseff, no tendrá impacto en los salarios reales. Así lo anunció ayer el flamante ministro de Planificación, Nelson Barbosa, quien sostuvo que los recortes “son necesarios para recuperar el crecimiento y la credibilidad de la economía, a pesar de los impactos restrictivos que tendrán en el corto plazo”. En sus primeras declaraciones públicas, el Ejecutivo brasileño admitió que sus políticas poco tendrán que ver con las promesas de campaña, en la que acusó a la oposición de impulsar un plan de ajuste.
El funcionario adelantó que el Ejecutivo priorizará medidas que fomenten la inversión privada. Entre las medidas que serán tomadas se destacan una modificación en la fórmula para el cálculo del salario mínimo; un aumento de la tasa de interés, que trepará de 5% a 5,5%; nuevas condiciones para los préstamos entregados por el estatal Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) y “correcciones de excesos y distorsiones” del seguro de desempleo y otras políticas estatales.
Según Barbosa, el salario mínimo crecerá por encima de la inflación entre 2016 y 2019. En 2015, en tanto, tendrá un valor de 788 reales, tras la publicación de un decreto de la presidenta Dilma Rousseff en el Boletín Oficial.
El nuevo ministro no anticipó cuáles serán los ajustes y sostuvo que las nuevas políticas tendrán un rápido impacto. “Las medidas que están siendo adoptadas darán resultado rápidamente. No vamos a definir plazos, pero el propio mercado prevé un crecimiento mayor en 2016”, declaró a la prensa. Además, sostuvo que los ajustes no son “un fin en sí mismo”, sino un medio para recuperar el crecimiento. .
El funcionario explicó que la política fiscal del gobierno fue clave para superar la crisis económica internacional de 2008, pero que “llegó a su límite”. “Ahora, comenzamos una nueva etapa de nuestro desarrollo. Una fase en la que es necesario restaurar el crecimiento de la economía, con un aumento gradual del superávit fiscal y la reducción de la inflación”, agregó.
Otro que también habló con la prensa fue el flamante ministro de Hacienda, Joaquim Levy, quien reemplazó a Guido Mantega. “La presidenta presentó lineamientos claros de los compromisos que buscan que las personas tengan un crecimiento, más empleos y una mejor calidad de vida”, dijo el ex directivo del banco Bradesco. Levy, designado en noviembre para recuperar la confianza de los mercados, anunció que el gobierno hará un fuerte ajuste de las cuentas públicas, con el objetivo de tener un superávit primario del 1,2 % del Producto Bruto Interno (PBI). “Hay que tener la valentía de hacer lo que sea necesario”, afirmó el ministro, en una frase que recordó la publicidad de campaña de Dilma, en la que un grupo de banqueros se congratulaba mientras la comida desaparecía de la mesa de una familia de clase media.