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Brasil: los fiscales comienzan a cerrar el cerco en torno a Dilma

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Fervor. Lula, adorado en Pernambuco. Rousseff, en Bahía. | Fotos publicas
Dilma Rousseff está en el radar de la Justicia: dos de sus ex ministros son investigados por casos de corrupción que salpican a la ex presidenta. Ayer, Rousseff participó en un acto proselitista donde lanzó severas críticas a la Justicia.
    La ex mandataria fue destituida el 31 de agosto en un juicio político en el que fue condenada por violar la legislación fiscal, pero no se le imputó ningún caso de corrupción.
    Pero la alerta roja sonó dos veces esta semana cuando ex ministros de su gobierno fueron alcanzados en investigaciones de casos de corrupción.

Traslado. Ayer,  la Policía Federal realizó allanamientos, incautó documentos y ordenó el “traslado coercitivo” de un alto funcionario de la gobernación de Minas Gerais, cuyo titular es Fernando Pimentel.
    Pimentel es amigo de Rousseff desde que eran adolescentes y en 2011, la entonces presidenta lo puso al frente del poderoso Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior.
    Los investigadores indagan las presuntas irregularidades de Pimentel durante esos años, cuando era ministro y tenía influencia en el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), que otorgó créditos a empresas que, a su vez, financiaron al Partido de los Trabajadores de Lula da Silva y Rousseff.

Fueros. Dilma perdió el fuero especial como jefa de Estado desde agosto, cuando sólo podía ser procesada por la Corte, y ahora está expuesta a ser investigada por jueces de primera instancia. Sumado a los presuntos delitos abordados en la causa que afectan a Pimentel, está el proceso por el Petrolão.
    En esa causa, el conocido juez anticorrupción Sergio Moro ordenó la prisión de otro ex ministro de Rousseff, el otrora jefe de Hacienda Guido Mantega.
    El jueves, Mantega fue arrestado por su presunto acuerdo ilegal con una empresa del sector energético y minero en 2012, durante el primer gobierno de Rousseff.
    Según el implacable Moro, Mantega acordó con un empresario el pago de unos 2 millones de dólares para abonar deudas de campañas electorales del Partido de los Trabajadores.    n