China acusa a Christie's de subastar "objetos robados"
La tradicional casa vendió dos bronces
(una cabeza de conejo y otra de rata) que los chinos reconocen como saqueados por
soldados ingleses y franceses en 1860.
Los remataron en 30,4 millones de euros.
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AFP
PEKÍN.- China condenó enérgicamente este jueves "la venta ilegal" en París de dos bronces chinos robados en un saqueo hace cerca de 150 años en Pekín e indicó que "la casa de subastas Christie's pagará las consecuencias".
"La Administración de Estado de Vestigios y Monumentos se opone con firmeza y condena toda venta de objetos culturales que fueron exportados ilegalmente. Christie's deberá asumir todas las consecuencias generadas por esta venta", indicó sin más precisiones un comunicado del gobierno chino.
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La Administración indica que intentó contactar varias veces con la casa de subastas antes de la venta de la colección de obras de arte de Yves Saint Laurent y su pareja, Pierre Bergé, para que no incluyera las dos piezas litigiosas, una cabeza de rata y otra de conejo provenientes de un saqueo del Palacio de Verano de Pekín por soldados franceses y británicos en 1860.
"Pero Christie's se obstinó y persistió en subastar piezas saqueadas en el Palacio de Verano, violando así el espíritu de las convenciones internacionales y el consenso sobre el retorno de este tipo de objetos a sus países de origen, atentando contra los derechos culturales del pueblo chino y los sentimientos de la nación", afirma el texto.
Las dos cabezas animales, de unos 40 cm de talla, fueron adjudicadas por 15,7 millones de euros cada una (20,3 millones de dólares) a compradores anónimos que pujaron por teléfono.
La Administración de Estado de Vestigios y Monumentos indica que "no reconoce al propietario ilegal de las piezas saqueadas" y seguirá intentando conseguir el retorno de estas piezas a China "por todos los medios y vías posibles".
La justicia francesa autorizó el lunes la venta de los dos bronces chinos. El saqueo del Palacio de Verano de Pekín en 1860 es uno de los episodios más sonados de la invasión de China por las potencias coloniales, una humillación que los chinos siguen teniendo muy presente 150 años después.
