INTERNACIONAL
Se reedita la violencia en Bolivia

Choques entre la policía y cocaleros afines a Evo

Un grupo de militantes próximo al oficialismo boliviano se enfrentó a la policía en su intento por repudiar al gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes Villa. La jornada violenta de ayer dejó decenas de heridos.

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La Paz  - Decenas de personas resultaron heridas en violentos choques registrados ayer entre la policía y manifestantes campesinos próximos al gobierno de Evo Morales que exigían la destitución de un gobernador de la oposición en Cochabamba, centro de Bolivia, según medios de comunicación locales.

Por lo menos 50 personas sufrieron lesiones en estos disturbios que duraron unas seis horas, señalan estas fuentes. Anteriormente, la policía local dijo que "las escaramuzas provocaron heridas a 10 personas".  Otras fuentes constataron muchos´más heirdos

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Indignados por la represión de las fuerzas de seguridad, por la que fue destituido un mando policial, los manifestantes amenazan con proseguir el martes las protestas, con cortes en algunas carreteras neurálgicas.

Los disturbios estallaron al mediodía, cuando grupos de campesinos, principalmente cultivadores de coca, intentaron apoderarse de las oficinas de la Gobernación en la Plaza de Armas de Cochabamba, para reclamar el cese del gobernador Manfred Reyes Villa por su decisión de convocar un referéndum para aprobar una autonomía política y administrativa regional.

La policía intervino para dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos, lo que desencadenó los actos de violencia.

El vicepresidente Alvaro García desvinculó al Gobierno de esta acción ciudadana. "No es una movilización del MAS (partido de Morales) en contra del Prefecto", cuya decisión de llamar a un referendo autonomista un semestre después de que el "no" se impusiera en una consulta pública en esa región "es una provocación política", aclaró.

El comandante de la Policía de Cochabamba, Wilge Obleas Espinoza, fue destituido por Evo Morales minutos después de ser nombrado en ese cargo.

A la luz de la situación política en que se encuentra su colega Reyes Villa, el gobernador de La Paz, José Luis Paredes, denunció que ahora los prefectos tienen que andar "con el testamento bajo el brazo".

La principal formación de oposición, Podemos, del ex presidente derechista Jorge Quiroga, fustigó al gobierno por alentar la violencia a través de las organizaciones sociales.

"Es una pena que estén atentando, provocando los hechos vandálicos en Cochabamba", señaló el diputado de Podemos Fernando Messmer, mientras que su colega Ninoska Lazarte responsabilizó al presidente Morales por el estado de salud de los heridos "y si continúan los enfrentamientos por los muertos".

Un conglomerado político empresarial de la rica región oriental de Santa Cruz, abiertamente opuesto a Morales, denunció que Cochabamba "soporta el sitio de los movimientos sociales afines al MAS, en una clara acción política orquestada por el Ejecutivo para desestabilizar al gobierno departamental, elegido democráticamente por el voto soberano de todos los ciudadanos".

Un hospital público reportó heridas graves, infligidas por policías a dos civiles, uno de los cuales perdió la vista y el otro parte de la quijada. Entre los heridos figuran 10 periodistas que fueron alcanzados por piedras lanzadas por colonos, y por balines de goma y gases lacrimógenos utilizados por las fuerzas de seguridad.

En un intento por retomar la Plaza de Armas, donde Reyes Villa, un ex candidato a la presidencia y ex capitán de Ejército, tiene su despacho, los manifestantes incendiaron dos vehículos y prendieron fuego a la fachada y a parte del edificio de la Gobernación.

La actuación de los bomberos evitó que el fuego consumiera totalmente la casona. Los cultivadores de coca prevén cortes de caminos en las salidas y llegadas a Cochabamba, unas rutas neurálgicas que conectan la parte oriental del país y los Andes bolivianos.

Reyes Villa, gobernador cercano a los movimientos autonomistas de cuatro provincias, entre ellas la poderosa Santa Cruz, denunció que también existen policías heridos de diversa consideración. "Piden mi renuncia, pero no renunciaré", desafió. La ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, anunció que la acción policial se había llevado a cabo sin haberla consultado y aseguró que el comandante departamental de la Policía, coronel Wilge Obleas, "ha sido destituido del cargo por reprimir al pueblo".