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Ciudadanos patea el tablero: no impediría un gobierno del PP

La llave. Rivera, líder de Ciudadanos, clave para gobernar.
| AFP
A menos de 48 horas de las elecciones generales de mañana, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pateó el tablero político español al anunciar que su partido no bloquearía la investidura de sus rivales Mariano rajoy (Partido Popular) o Pedro Sánchez (Partido Socialista Obrero Español) si el PP o el PSOE ganaran los comicios pero no obtuvieran mayoría propia en el Parlamento, donde se librará la pulseada para designar al próximo presidente. En cambio, Rivera adelantó que Ciudadanos buscará por todos los medios impedir la formación de un gobierno con participación de Podemos, la formación de izquierda liderada por Pablo Iglesias.
Cuando faltan pocas horas para las urnas, sólo una cosa es segura en España: mañana será el principio del fin de la era del bipartidismo. Todas las encuestas coinciden en que ninguna de las cuatro fuerzas obtendrá la cantidad de bancas necesaria para gobernar en soledad. La fisonomía del Parlamento cambiará radicalmente: la irrupción de Podemos y Ciudadanos hará que lo que hasta ahora era un juego de dos se convierta en un juego de cuatro. Sobre esa base, las alternativas son múltiples y dependerán del resultado de mañana y de las negociaciones posteriores.
Una opción es que el PP gane las elecciones pero no alcance mayoría propia. Hasta ahora se temía que eso derivara en una parálisis en caso de que ninguno de los otros tres partidos respaldara la candidatura de Rajoy. Con su anuncio de ayer, Rivera despejó ese temor. “Si ganamos, pido que PP y PSOE se abstengan y nos dejen gobernar. Si gana uno de ellos, nosotros lo haremos”, tuiteó el candidato. En ese escenario, la abstención de Ciudadanos habilitaría la investidura de Rajoy, aunque Rivera aclaró que luego su partido pasará de inmediato a ser oposición.
Exactamente lo mismo ocurriría si ganara el PSOE. Por el contrario, Rivera advirtió que votará contra cualquier intento de coalición que incluya a Podemos. Así, descartó de plano la posibilidad de un acuerdo tripartito PSOE-Podemos-Ciudadanos para desbancar al PP. Aseguró que no está dispuesto a negociar con Iglesias, ya que éste propone un referéndum separatista para Cataluña. Pero tras su decisión también hay un cálculo político: la mayoría de los votantes indecisos se debate entre Ciudadanos y el PP. Rivera intenta transmitirles que, si él gana, no habrá riesgo de un avance de la izquierda.
Pese a todo, la parálisis aún no queda descartada: podría ocurrir que al PP o al PSOE no les alcanzara siquiera con la abstención de Rivera para investir a su candidato. O que Ciudadanos, o incluso Podemos, salieran primeros. Todavía nada está dicho.