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trump vs hillary

Cómo y dónde se define al próximo presidente de Estados Unidos

Los seis estados clave para conseguir llegar a la Casa Blanca.

Clinton gana terreno tras el tercer debate frente a Trump.
Clinton gana terreno tras el tercer debate frente a Trump. | AFP

El sistema electoral de los Estados Unidos es indirecto. Los votantes eligen a 538 delegados que designarán al próximo presidente en un Colegio Electoral. Para ganar es necesario tener 270 o más voluntades en ese organismo. Para los jefes de campaña republicanos y demócratas, hay una media docena de Estados donde se jugará el destino del país. Allí, hay paridad en las encuestas, con diferencias de menos de tres puntos entre Hillary Clinton y Donald Trump. Ambos candidatos invirtieron la mayor cantidad de tiempo y recursos para convencer a ese electorado ecléctico, integrado por millennials y jubilados; blancos, negros y latinos; católicos, bautistas, mormones y protestantes; ricos, norteamericanos de clase media y aquellos que cayeron bajo la línea de pobreza.

Los blancos de bajo nivel de instrucción son el principal sostén de la candidatura republicana, mientras que afroamericanos, latinos y mujeres respaldan a la ex secretaria de Estado. Pero no todo es tan lineal en un país continental, que encierra varias naciones en una.

Por eso, vale la pena detenerse en las particularidades de los seis Estados donde probablemente se decidirá el destino de Estados Unidos y del resto del mundo. Quien encadene allí más victorias, será el próximo inquilino de la Casa Blanca:

Florida (reparte 29 delegados)
Nadie puede adelantar qué pasará en el Estado que inclinará la balanza hacia uno u otro lado. Según el promedio de encuestas elaborado por el sitio Real Clear Politics, Hillary está arriba por un ínfimo 0,2%. Hay un 18% de latinos y un 65% de blancos. Dos datos de alarma para Hillary: 1) Trump arrasó en las internas republicanas con más de 20 puntos de distancia sobre sus competidores; y 2) El origen de los latinos de Florida es distinto al del resto del país. Sólo un 9% proviene de México –los más fervientes anti Trump-, el 31% son cubanos; un 27% de Puerto Rico; y el 32% es nativo de otros países de Latinoamérica. Por lo tanto, los latinos de Florida no apoyan en masa a Clinton, como sucede en otros distritos. El único aspecto alentador es que la demócrata puede ganar la elección incluso si pierde el Estado del Sol. Para Trump no hay opción: debe ganar para seguir con chances.

Pennsylvania (20 delegados)
Hace un mes Hillary estaba arriba por 10 puntos. Ahora esa diferencia se recortó a un margen de 2,4%. Es un Estado que los demócratas ganaron en las últimas tres elecciones. Ella es favorita en los grandes centros urbanos (Filadelfia y Pittsburgh), mientras que Trump lidera en el interior rural.

Carolina del Norte (15 delegados)
Otro “campo de batalla” para las dos campañas. Los republicanos llevan 1,4% de ventaja en los sondeos. Según el prestigioso estadista Nate Silver, del sitio FiveThirtyEight, Carolina del Norte y Florida serán los protagonistas de estos comicios. Se trata de un distrito donde los blancos y afroamericanos son deteminantes -70 y 22% del padrón respectivamente-.

Colorado (9 delegados)
Hillary está arriba en los sondeos. Allí ganó Obama en las dos últimas elecciones. Un tercio del electorado está registrado como independiente, lo que agrega un factor más de incertidumbre. Hay 21% de latinos, la séptima colectividad más grande del país.

Nevada (6 delegados)
Desde 1912, el ganador en Nevada llegó a la Casa Blanca, excepto en 1976. También es clave porque está en juego la banca del líder del Senado, el demócrata Harry Reid, quien tras tres décadas en el Capitolio no busca la reelección. La latina Catherine Cortez Masto buscará sucederlo, mientras que el republicano Joe Heck quiere arrebatar a los demócratas ese escaño.

New Hampshire (4 delegados)
Hillary tiene una intención de voto del 43,3%, mientras que su rival un 42,7%. Allí, el empresario cerró ayer su campaña, apostando por quebrar el empate técnico. Kerry y Obama se impusieron en las últimas tres elecciones, pero Hillary perdió la interna a manos de Bernie Sanders. 

Más allá de los resultados, resta preguntarse -como planteó en Foreign Policy el politólogo Stephen Walt, profesor de la Universidad de Harvard- si Estados Unidos sobrevivirá esta elección. Tras una campaña marcada por las chicanas, los exabruptos y escándalos, el próximo presidente tendrá dos opciones: preservar un sistema instituido por los Federalistas en 1776 o levantar en su lugar otra forma de gobierno, que, emulando a hoteles, casinos y torres, sea llamada Trumpcracia.