INTERNACIONAL
Elecciones presidenciales

Con la mira en 2018, un aliado clave de Temer define si deja el gobierno

El Partido de la Social Democracia (PSDB) elegirá en diciembre a su líder. Neves insta a seguir, pero Cardoso pide romper y lanzar un candidato con ‘alma nueva’.

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Alianza. Temer aprobó sus reformas con los votos del PSDB y de otros partidos aliados. Neves, investigado por corrupción, forjó esa alianza, que ahora pende de un hilo. | Cedoc Perfil
La pugna por el poder ya comenzó dentro del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Pese a que las elecciones presidenciales serán en octubre de 2018, los tucanos definen por estas horas quién liderará la agrupación y, sobre todo, si romperán con el gobierno de Michel Temer o si continuarán integrando su base aliada en el Congreso. Entre los que quieren alejarse figura el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, uno de los nombres que suenan para competir en las urnas con Luiz Inácio Lula da Silva. Del otro lado, el senador Aécio Neves defiende con uñas y dientes la alianza con el Palacio del Planalto, de la que depende su supervivencia política y su situación procesal.

“Como la popularidad de Temer es del 5%, los principales candidatos presidenciales no quieren ser fotografiados con él”, explicó a PERFIL José Negreiros, editor del blog Política Brasileña. La fecha clave será el 9 de diciembre, cuando se reúna la ejecutiva nacional de la agrupación y designe a sus nuevas autoridades. “Hay un punto crítico, y alguna decisión deberá ser tomada: o el PSDB sale del Gobierno en la convención de diciembre, o su confusión con el ‘peemedebismo’ dominante lo convertirá en coadyuvante en la pelea sucesoria”, afirmó el ex presidente Fernando Henrique Cardoso en una reciente columna de opinión. El ex mandatario pidió que su partido proponga un postulante presidencial con un alma “nueva”, con el objeto de ganar “credibilidad” y “pasar página de los desastres recientes”.

Interna. Antes de elegir quién competirá en 2018, el PSDB definirá quién será su líder. El senador Tasso Jeiressati, presidente interino desde que en mayo renunció Neves, lanzó su candidatura para diciembre, con un discurso marcado por una autocrítica tras los resonantes casos de corrupción denunciados en el Lava Jato. Su postulación fue percibida como una “afrenta” por el nieto de Tancredo Neves. En cambio, Alckmin la apoyó, enviando la adhesión de siete de los doce diputados de San Pablo que responden a él. “Alckmin es el líder actual del PSDB pero es una figura muy complicada, porque no tiene simpatía del electorado ni proyección nacional. Es un político municipal y estadual que no entusiasma a la población”, agregó Negreiros.

Pero Neves y Temer harán todo lo que esté a su alcance para evitar la ruptura. El ex candidato presidencial de las elecciones de 2014 es investigado por recibir sobornos por 2 millones de reales (unos 605 mil dólares), según el testimonio dado a las autoridades por el empresario Joesley Batista, uno de los dueños del frigorífico JBS. Si logra imponer un candidato propio, que le jure fidelidad a Temer, tendrá más chances de conservar su libertad. “Los tucanos honrados necesitan irse del PSDB de Aécio”, tituló Veja una columna de opinión del periodista Augusto Nunes.

La salida del partido provocaría un terremoto político en Brasilia. El PSDB tiene cuatro ministros en el Ejecutivo: Aloysio Nunes en Relaciones Exteriores, Bruno Araújo en Ciudades, Luislinda Valois en Derechos Humanos y Antonio Imbassahy en la Secretaría de Gobierno de Brasil. Si renuncian, Temer tendrá que distribuir las carteras entre las fuerzas de centro y derecha que aún lo apoyan en el Congreso.

Empetrolados. “Ni el PT se librará de los muchos errores que cometió y las ilusiones que enterró, ni el PMDB se sacudirá el polvo de haber hecho parte tanto de la onda petista como de sus descarríos, ni el PSDB dejará de pagar por haber dado la mano al gobierno de Temer ni por tenerla chamuscada por investigaciones”, dijo Cardoso, que inicialmente había defendido el ingreso de los tucanos al gobierno, para evitar la “parálisis política” de Brasil.