En una directa acusación
a la oposición y a "ciertos grupos" de las Fuerzas Armadas de Ecuador, el
presidente de ese país, Rafael Correa,
denunció un "intento de golpe de Estado". Y
aseguró que se trata de una "conspiración permanente" que viene recibiendo su gobierno, mediante la
cual se ha intentado
"engañar a la gente" respecto del ajuste a los
policías y militares.
"Es inadmisible", disparó el presidente ecuatoriano, en diálogo telefónico con la
Radio Pública de Ecuador, mientras permanecía internado y "con suero", tras
un principio de asfixia que sufrió porlos
gases lacrimógenos que tiraron los uniformados manifestantes.
"Tienen prácticamente secuestrado al presidente", aseguró además, al tiempo que
denunció que
hay personas que quieren entrar a la
habitación donde se encuentra internado, para "agredirlo".
Para el mandatario ecuatoriano se trata de una conspiración desatada por "una minoría", que
se ha "venido preparando desde hace mucho tiempo". Al tiempo que aseguró:
"Yo prefiero estar muerto antes que perder la
vida. Y perder la vida para mí es claudicar mis principios.
Yo no voy a dar marcha atrás, si me quieren venir a buscar acá, que vengan
tranquilos". Porque, según dijo, podrán matarlo a él pero "tendrán miles de Rafael Correa
más, miles de revolucionarios, ciudadanos, para sacar adelante a la patria".
Además, dijo que "después de esto habrá que hacer una depuración" en las fuerzas de
seguridad.