INTERNACIONAL
OPERACION SAN FRANCISCO

Dilma ocupó con militares otra gran favela de Río

Es el primer paisaje de la ciudad carioca que todo turista ve al salir del aeropuerto. Quieren garantizar el control para la Copa del Mundo.

Calma. Pese a las precauciones, el operativo, que comenzó a las seis de la mañana, no registró incidentes de gravedad. Las tropas ocuparán la zona por un lapso aún no decidido, pero que al menos llega
| Gentileza Nat Geo

Miles de soldados ocuparon al amanecer del sábado las favelas del complejo de Maré, un área misérrima de 15 barriadas donde viven más de 130 mil personas y que hasta ahora controlaban dos bandas rivales de narcotraficantes y un grupo paramilitar.

Con vehículos blindados y camiones, los 2.050 soldados del Ejército, 450 infantes de Marina y 200 policías se desplegaron en el conjunto de favelas, que abarca un área de más de diez kilómetros cuadrados, en el marco de un operativo bautizado San Francisco, en honor al papa Bergoglio.

No han sido días fáciles estos últimos en la Maré, ubicada entre las dos rutas de ingreso a Río de Janeiro desde el aeropuerto, la Línea Vermelha y la Avenida Brasil, por las que llegarán a la ciudad al menos 600 mil turistas que se espera vengan a Brasil por el Mundial, para el que faltan apenas dos meses. La principal desgracia de la Maré es su posición estratégica: es imposible ocultarla a la vista de los turistas, que al llegar verán sus casas de lata apiladas antes que el Cristo Redentor o la bahía de Guanabara, tradicionales tarjetas postales cariocas.

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En los últimos días, las temibles camionetas negras con la calavera del BOPE, el batallón de operaciones especiales de la policía militar –magníficamente retratado en la película Tropa de Elite, de José Padilha– llegaron para preparar el ingreso de los soldados. La favela vivió una sucesión de irrupciones, allanamientos, gritos.

Cada tarde se oyeron disparos. Los kioscos cerraron. Se sabe: quien les venda una botella de agua a los policías tendrá que vérselas con los narcos. “Mejor cerrar”, le dijo a PERFIL el dueño de uno de los kioscos, Nelson, que ya no sale de su casa a la espera de que el BOPE se retire. Pero el BOPE llegó para quedarse, lo mismo que las tropas federales, que establecerán una Unidad Policial de Pacificación (UPP) permanente en Maré, similar a las otras 37 que instaló desde 2008 en el marco del programa de pacificación que hasta ahora ha llevado presencia policial a un millón y medio de personas. Los soldados patrullarán la favela y “han sido autorizados a revisar y arrestar gente”, dijo el general Rolando Lundgren.

Para el Observatorio de las Favelas, una ONG de investigadores sociales y residentes fundada hace 13 años y que en la Maré tiene su sede principal, el operativo “es un enorme paso atrás, que marca el regreso de la lógica de la guerra a las favelas”, dijo a PERFIL la psicóloga Raquel Willadino, coordinadora del grupo.

¿Enviar tanques y soldados es la admision implícita del fracaso de las UPP? “No, es simplemente que se acerca la Copa del Mundo”, dice Claudia Ribera, la directora del Museo da Maré.

Sin embargo, Emir Sader, intelectual del ala izquierda del PT, cree que las UPP están haciendo un gran trabajo en las favelas. “La ocupación militar es necesaria para recuperar para el Estado el control del territorio, para que las Unidades puedan afirmarse con una segunda etapa de trabajo social”.

En los últimos meses, el programa de pacificación ha sido atacado por jefes narcos que antes controlaban las favelas. Según un vocero policial, al menos cuatro policías de las UPP han muerto en lo que va del año.

 

El riesgo de la “lógica del show”

El Ejército llega a la favela porque es un año electoral, con el Mundial en el medio”. Robson Rodrigues, que fue jefe de las UPP desde 2010 hasta 2012, no tiene dudas sobre el motivo del despliegue militar en la Maré. “Hay un apuro por ocupar un gran número de favelas con los ojos puestos en las elecciones de octubre, la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos, sin preocuparse mucho de la calidad del trabajo policial, de lo que quedará para el futuro”, dice a PERFIL. Para Rodrigues, “se necesita calma y tiempo para reconquistar la capacidad de mediar conflictos en el territorio, lo que tendría que ser el objetivo de la policía. Si gana la lógica del show, no se resuelven los problemas y no se quita el liderazgo a los narcos en las comunidades. Para conquistar la confianza de la población hay que ir despacio, lograr ser, poco a poco, referentes de la comunidad, los que resuelven, no los que asustan”. El ex jefe policial no cree que exista  un ataque coordinado de los narcos contra las UPP. “No es una operación conjunta, pensada, de los narcos, ni una contraofensiva militar a la ocupación del territorio por parte de las UPP. Son ataques puntuales, que revelaron puntos de fragilidad en las UPP. Para instalarlas y con éxito en las comunidades hay que demostrar a la gente que la policía viene a solucionar problemas, no a ejercer violencia”.

Desde Río de Janeiro