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estudian cajas negras

Egipto resiste la tesis de un atentado en la caída del avión ruso

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afp
El Cairo

Egipto se resistía ayer a la tesis de un atentado con bomba para explicar la caída hace una semana de un avión ruso en el Sinaí, pese a que fuentes cercanas a las investigaciones se inclinan “con fuerza” por este escenario y a presiones de Gran Bretaña y Estados Unidos.
Londres y Washington ven muy factible que una bomba haya estallado en el interior del A321 de la compañía rusa Metrojet, que se estrelló el 31 de octubre, minutos después de despegar de Sharm el Sheij con destino a San Petersburgo, causando la muerte de las 224 personas a bordo.

Minuto 24. Según una fuente cercana a la investigación, los datos de las cajas negras demuestran que “todo sucede de manera normal” hasta el minuto 24, cuando brutalmente estas cajas dejan de funcionar, un fenómeno que sustenta la hipótesis de una “muy súbita despresurización explosiva”. Ello permite “privilegiar con fuerza” la hipótesis de un atentado, agregó la fuente.
“La hipótesis de una explosión originada por un fallo técnico, un incendio u otra cosa parece sumamente improbable, ya que los aparatos que graban hubieran señalado algo antes de la ruptura y/o los pilotos hubieran dicho algo”, estimó la fuente, citada por la agencia AFP.

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El grupo Estado Islámico (EI), cuya rama egipcia es muy activa en el norte de la península de Sinaí, afirmó ser responsable de la caída del avión, pero sin explicar cómo lo consiguió.
El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shukry, dijo sin embargo ayer que su país no privilegia por ahora ninguna “hipótesis” en la caída del avión ruso, y que “no descarta ninguna posibilidad” hasta que “la investigación haya terminado”.

 

Un misil “por error”

Un avión con 189 turistas a bordo que volaba de Londres a la localidad egipcia de Sharm el Sheij, donde cayó el A321 ruso, pasó en agosto a menos de 300 metros de un misil, que tuvo que esquivar antes de llegar, reveló ayer la prensa británica. Según el diario Daily Mail, “el primer oficial estaba al mando en el momento de los hechos, pero el piloto estaba en la cabina y vio venir el cohete. Ordenó que el avión girara a la izquierda para esquivar el proyectil, que se encontraba a 300 metros de distancia”. Los pasajeros no fueron informados. Según el gobierno británico, no se trató de un ataque, sino de un error en “unos ejercicios rutinarios del ejército egipcio”.