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El 62% de los franceses quiere que Hollande se vaya a su casa

<p>Por Christian Riavale</p> <p>Desde París</p> <p>Es el presidente más impopular desde el fin de la segunda guerra mundial. La economía y sus escándalos hunden su imagen pública.</p>

Dificil. Semana tras semana se le complica el panorama.
| Cedoc Perfil
En los últimos diez días, el presidente francés, François Hollande, tuvo que salir a desmentir en dos oportunidades que esté pensando en abandonar el poder antes de finalizar su mandato, en 2017. Ese ejercicio, inusual en Francia, tradujo la fragilidad de su posición frente al alud de catástrofes, desaciertos y desgracias que se abatieron sobre el gobierno. Su popularidad oscila entre 13% y 16%, pero lo peor es que el 62% de los franceses desea su renuncia, según un sondeo de la consultora Ifop.
Incluso dentro del Partido Socialista surgió una fuerte corriente rebelde de izquierda, de unos cuarenta diputados, que amenaza con votar en contra del nuevo programa económico social-liberal del primer ministro Manuel Valls, que pedirá un voto de confianza del Parlamento el martes.
   Una semana después de ser ridiculizado por su ex compañera Valérie Trierweiler –que reveló la intimidad personal y política de Hollande–, el presidente enfrentó otro episodio grotesco, que tuvo un impacto negativo en la opinión pública: apenas nueve días después de su designación, el secretario de Comercio Exterior, Thomas Thévenoud, debió renunciar al descubrirse que no declaraba impuestos desde 2011 y no pagaba el alquiler, ni las multas de tránsito ni a los acreedores particulares.
El aspecto más preocupante para Hollande es que parece haber perdido el control de la economía: por tercera vez debió revisar sus previsiones, y reconoció que el crecimiento de este año será de 0,4% y de 1% en 2015.
Tampoco cumplirá el objetivo de bajar el déficit público a 3%, como exigen los criterios de convergencia de la Eurozona. Ahora reconoció que será de 4,4% este año y de 4,3% en 2015.
En ese contexto de extrema tensión, la oposición intensificó su presión para exigir el llamado a elecciones anticipadas y reclamar incluso la renuncia del presidente.
Hostigado por la oposición, sin credibilidad ni popularidad, con un partido dividido y sin resultados económicos, no es fácil imaginar de dónde sacará recursos Hollande para seguir en el poder los tres años que le faltan para terminar el mandato. Su conferencia de prensa del jueves 18 tal vez permita ver ese futuro con mayor claridad.