INTERNACIONAL

El clima cambió la agenda del Papa el Filipinas

El Sumo Pontíficeestaba de peregrinaje a una isla devastadaen 2013 por un mortíferosupertifón.

El Papa Francisco visitó Tacloban, donde se encontró brevemente con sobrevivientes.
| AFP

El Papa Francisco tuvo que adelantar su regreso a Manila por culpa de una tormenta, mientras estaba de peregrinaje a una isla del centro de Filipinas devastada en 2013 por un mortífero supertifón, donde se encontró brevemente con sobrevivientes.

Según consignó la agencia AFP, el  Sumo Pontífice llegó al aeropuerto de Tacloban poco antes de las 9 de la mañana (hora local), y partió nuevamente con destino a Manila hacia las 13. Francisco tenía previsto visitar una iglesia, pero las precipitaciones pluviales y el viento, que fueron en aumento en el trascurso del día, lo obligaron a regresar a la capital filipina.

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Tacloban está ubicada en la isla de Leyte, a 650 km de Manila. Fue el epicentro del supertifón que provocó los vientos más violentos hasta ahora registrados en el mundo. Conocido en Filipinas como Yolanda, en 2013 Haiyan provocó 7.350 muertos y desaparecidos, así como enormes daños en las infraestructuras en una de las regiones más pobres del país.

Durante su corta visita, el líder religioso celebró una misa con gran recogimiento en la región más afectada por el tifón orando por las víctimas y los miles de damnificados que sobrevivieron, más de un año después de la catástrofe. "Y, cuando vi desde Roma esta catástrofe, sentí que tenía que estar aquí y enseguida decidí hacer el viaje (...) Quise venir para estar con ustedes. Un poco tarde, me dirán, pero estoy. Esto, para decirles que Jesús es el Señor y que Jesús no defrauda", aseveró en un discurso en español cargado de emoción.

Francisco ofició la ceremonia en el aeropuerto de Tacloban ante la gran cantidad de público que lo fue a recibir a su llegada, a pesar del viento y la lluvia debidos a la aproximación de la tormenta tropical. Los organizadores distribuyeron ponchos de plástico de color amarillo entre los peregrinos, quienes aclamaron al Sumo Pontífice, el cual también vestía sobre su sotana blanca un impermeable.