INTERNACIONAL
escenario complejo

“El Congreso estará más fragmentado que nunca”

El analista norteamericano Scot Mainwaring advierte que, de confirmarse el próximo domingo la victoria que adelantan las encuestas, el mayor desafío de Bolsonaro será armar una coalición que le permita aprobar reformas.

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Reunidos. La Cámara baja tiene 513 bancas: 51 serán del PSL, del candidato ultraderechista. | cedoc perfil

Todo indica que el ultraderechista Jair Bolsonaro está a las puertas de convertirse el próximo domingo en el nuevo presidente de Brasil. A una semana del ballottage, el ex capitán del ejército mantiene una cómoda diferencia sobre su rival petista, Fernando Haddad: 58 a 42.
De confirmarse su victoria, el candidato del Partido Social Liberal contará con una bancada propia de 51 diputados, un logro increíble para un partido que hasta ahora tenía apenas ocho. Pero no hay que olvidar que la Cámara baja brasileña tiene en total 513 bancas.
“Nunca ha habido un Congreso tan fragmentado como el que comenzará en enero de 2019”, dice a PERFIl Scot Mainwaring, profesor de Estudios Brasileños en la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard. “Y la fragmentación es especialmente marcada en la derecha”, agrega.
Quien ocupe el Palacio del Planalto a partir del año próximo heredará no solo una extendida corrupción y una durísima situación fiscal, sino que además no contará con una coalición política previa, necesaria para impulsar las indispensables reformas. La larga historia de la corrupción y el clientelismo dentro del Congreso requerirá del próximo presidente un considerable esfuerzo para construir alianzas políticas.
“Algunos politicos conservadores apoyarán sin dudas la agenda política de Bolsonaro más allá de su contenido, afirma Mainwaring. Pero gran parte de la derecha brasileña es profundamente clientelista. No quieren un Estado eficiente”.
Indispensable para asegurar el apoyo parlamentario es el llamado Centrão, el “gran centro”, un grupo de partidos pequeños y medianos que representan el verdadero concepto de establishment, fuerzas surgidas a partir de la constituyente de 1986-88.
Hoy, el Centrão incluye al Partido Demócrata (DEM), el Progresista (PP), el Partido Republicano Brasileño (PRB) y el Partido Humanista de la Solidaridad (PHS).
“Impulsar reformas profundas será un gran desafío para Bolsonaro, como lo ha sido para todos los presidentes brasileños desde 1985”, explica Mainwaring. “Su mayor desafío será articular una visión coherente. Y hasta ahora no lo ha hecho”.

BBB. Un buen punto de arranque para una eventual coalición de apoyo a Bolsonaro será la bancada conocida como BBB (Biblia, buey y bala), que conforman diputados evangelistas, del lobby agrícola y defensores de la posibilidad de que los ciudadanos se armen.
“Los evangelistas se han convertido en una gran fuerza en la política brasileña”, sostiene Gustavo Ribeiro, fundador de The Brazilian Report. “Están presentes donde el Estado no lo está, y crean un sentido de comunidad inclusive en las áreas más expuestas de la periferia”.
Con 199 bancas en el Congreso, la bancada evangélica tiene una natural sintonía con las posiciones ultraconservadoras de Bolsonaro en temas como familia, minorías o drogas.
La promesa de Bolsonaro de aligerar las leyes restrictivas sobre la posesión de armas y de reducir el crimen en las áreas rurales también le han asegurado el apoyo del Frente Parlamentario Agropecuario, que representa al poderoso sector del agronegocio brasileño, que cuenta con más de un tercio de la bancas de la Cámara baja y un cuarto de las del Senado.
Los grandes propietarios de tierras ven en el candidato del PSL la oportunidad de poner fin a regulaciones ambientales, dado que Bolsonaro ha expresado su apoyo a la apertura de reservas indígenas a la agricultura y al uso comercial, y ya anticipó que fusionará los ministerios de Agricultura y Ambiente, recuerda Ribeiro.
Actualmente hay 28 partidos representados en el Congreso, que a partir de enero serán treinta, en una Legislatura que representará el mayor recambio en la historia brasileña.
El 51% de la Cámara baja estará formado por nuevos diputados, con el número de mujeres incrementándose del 10 al 15%, mientras que en el Senado la renovación será aún más significativa: 46 de sus 54 bancas, un 85%, tendrán nuevos ocupantes.