Río de Janeiro - Atrás quedarán la crisis de seguridad en Río de Janeiro, los
reclamos de la iglesia por el reparto masivo de condones o la "censura" de una carroza alegórica
que quería mostrar a un Adolf Hitler arrepentido y rodeado de cadáveres amontonados. A partir de
hoy,
el espíritu sensual, fastuoso y desenfrenado del carnaval reinará en todo Brasil.
Además del famoso desfile de las "
escolas de samba" que integran el Grupo Especial de Río de Janeiro y que
participan del concurso oficial, millares de fiestas improvisadas, o no, brotarán en cada rincón
del país sudamericano para hacer vibrar, durante cinco días de frenesí, a millones de brasileños.
Los festejos populares quedarán al margen de la
controversia entre el gobierno carioca y la Policía Militar, que estalló esta
semana a raíz del relevo de la cúpula de la institución policial, y que, según dijo el secretario
de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame, quedó resuelta y no afectará la seguridad en la
ciudad, que espera recibir este año a unos 700.000 turistas extranjeros durante los festejos.
Tampoco obstaculizarán la tradicional fiesta popular, en la que "
todo está permitido", la polémica en torno a la prohibición, por parte de la
Justicia, del desfile de una carroza alegórica de la agrupación Viradouro, que,
en alusión al Holocausto, pretendía mostrar esculturas de cadáveres desnudos y apilados
sobre una maqueta, rodeando al dictador nazi alemán, Adolf Hitler.
Al conocer la decisión judicial, la "escola" resolvió acatarla y cambiar su presentación,
pero
prometió "sorprender" en la "pasarela del samba" con una protesta de la que optó
por no dar detalles.
Por último, y como todos los años,
la Iglesia Católica protestó, sin demasiado éxito, por la
política de prevención del sida llevada adelante por el gobierno, que este año
distribuirá en forma gratuita nada menos que 19,5 millones de condones durante los
cinco días de festejos.
Según palabras del ministro de Salud, José Gomes Temporaro, la prevención de enfermedades
sexualmente transmisibles
"es un problema de salud pública y no religioso", por lo cual, la distribución
gratuita de preservativos está garantizada, y los adeptos al carnaval podrán sucumbir a los excesos
que la fiesta profana promueve e inspira.
En el clímax de la fiesta, que ocurrirá el domingo y el lunes cuando desfilen las doce
agrupaciones del Grupo Especial, los brasileños, junto a millones de telespectadores de varios
países en todo el mundo, podrán dar rienda suelta a su imaginación cuando las "escolas" lleven a la
avenida Marques de Sapucai toda la magia y el esplendor de sus lujosas fantasías.
La familia real portuguesa, que hace exactos 200 años pisó tierras brasileñas, será este año
homenajeada por dos de las "escolas de élite" del carnaval carioca, Imperatriz Leopoldinense y
Salgueiro, que llevarán a la pasarela la saga de la monarquía lusitana en el "nuevo mundo".
La popular "escola" Mangueira, nacida en el seno de la favela que lleva su nombre y comandada
por el carnavalero Max Lópes, conocido como el "mago de los colores", se inspiró, una vez más, en
la región más pobre del país, el noreste, para contar la historia del ritmo más popular del lugar,
el frevo.
Los "Trabajadores de Brasil" también tendrán su homenaje en el desfile oficial, cuando la
Vila Isabel ingrese en la pasarela para recordar las
luchas y conquistas de la población pobre del país, los indígenas y los negros.
El cuidado por el medio ambiente será recordado por las "escolas" Grande Río y Portela, que
contarán historias referentes a la región amazónica y a la "salud de nuestro planeta". El marco
exótico lo dará la Unidos da Tijuca, que representará la historia de coleccionistas, colecciones y
coleccionadores, al son del estribillo: "Voy juntando lo que quiero, mi manía vale oro. Soy Tijuca,
traigo arte, coleccionando mi tesoro", y la Viradouro, que más allá del traspié sufrido por la
decisión judicial, "jugará" en la pasarela con las diferentes situaciones que causan "escalofríos",
como un beso o una película de terror.
Los tradicionales festejos se extenderán de manera irrestricta, hasta el próximo martes,
último día de excesos. El miércoles de cenizas, día en el que como por arte de
magia el desenfreno dará paso a la reflexión y la sensualidad al recato,
dará inicio a la Cuaresma, durante la cual, la mayor comunidad católica del mundo
se preparará para la Pascua.