INTERNACIONAL
detras de la masacre de florida

El fanatismo por las armas, un flagelo con siglos de historia

Con la Asociación Nacional del Rifle, el lobby armamentístico trasciende épocas y gobiernos. PERFIL consultó a dos expertos.

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Basta. “Paren de matar a nuestros chicos”, exige la pancarta de un manifestante contra la NRA. | AFP
La violencia de las armas golpeó otra vez a Estados Unidos. En esta ocasión, un ex estudiante de 19 años mató a tiros a 17 de sus maestros y compañeros en la Marjory Stoneman Douglas High School en Parkland, Florida. PERFIL entrevistó a Robert Spitzer, politólogo de la Universidad de Nueva York en Cortland, y Kristin Goss, politóloga de la Universidad de Duke, para intentar dilucidar con ambos expertos por qué siguen repitiéndose estos episodios trágicos sin que la Casa Blanca ni el Congreso tomen cartas en el asunto.
Entre otras cosas, los especialistas destacaron la capacidad de lobby y la fuerte influencia que ejerce la ya célebre Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) sobre la política estadounidense.
—La gran mayoría de la población estadounidense apoya, al menos, algunos cambios básicos en las leyes sobre armas. ¿Porqué no se considera alguna reforma?
Spitzer: Hay una larga tradición de armas en Estados Unidos que remite a la fundación del país, porque esta era una nación de la periferia y luchó en una revolución para ganar su independencia. Hay mucho cariño por las armas en manos privadas, debido al papel importante que tuvieron en esa lucha.
Goss: En otros países, las armas de fuego pueden ser herramientas para protección o diversión, pero en Estados Unidos están fuertemente vinculadas con la identidad individual, la autonomía y el poder personal. Por un lado, esto es una consecuencia de cómo se nos enseña sobre el tema cuando somos niños; y por otro, es resultado de la influencia que los grupos poderosos tienen sobre dichas creencias.
—El resto del mundo desarrollado vive en sociedad sin armas por todas partes. ¿Por qué es diferente en Estados Unidos?
G: En el sistema gubernamental estadounidense no es fácil cambiar políticas. Los grupos están bien organizados y tienen demasiado poder en comparación con la opinión mayoritaria. Es muy difícil convertir las emociones temporales en poder político.
S: En las últimas décadas, la propiedad de armas se ha convertido en un tema muy político. En coordinación con los fabricantes de armamento, la NRA ha tenido mucha voluntad de colocar armas en tantas manos como fuera posible, porque los dueños de armas conforman su base de apoyo. Además, han cultivado el mito de la historia de las armas de fuego en Estados Unidos. Fantasean con que estas son un símbolo de la libertad e invocan la Segunda Enmienda, aunque, en realidad, esta solo se refirió a las milicias en la interpretación de la escritura original del texto constitucional.
—¿La politización del tema de las armas en Estados Unidos se debe a las donaciones y al fuerte lobby armamentístico ante los legisladores estadounidenses?
S: Su influencia es grande porque recaudan dinero, pero eso no es lo más importante. La NRA tiene una base de apoyo muy motivada. Las personas que son fieles a las armas y a los derechos de portación y tenencia de armas son muy activas en asuntos políticos. El estadounidense típico no pone mucha atención a la política. Mucho de lo que ocurre se explica por las personas que se involucran, y los que apoyan las armas, en efecto, se involucran.
En 2016, la NRA donó 21 millones de dólares a la campaña presidencial de Trump, batiendo sus propios récords de contribución monetaria para un candidato. En un discurso frente a miembros de la NRA, Trump llegó a decir que la asociación “tiene un amigo verdadero en la Casa Blanca”.