Las autoridades mexicanas están aprovechando la fiebre causada por la inexistente profecía del "fin del mundo" maya para usarla a su favor e impulsar el turismo. Millones de personas están convencidas de que esta antigua civilización de astrónomos y matemáticos anunció una hecatombe para el 21 de diciembre de 2012 y, aunque no sea cierto, la fecha fatídica se ha convertido en una mina de oro.
Con conferencias y exposiciones los especialistas explican que, en realidad, lo que dice el calendario maya es que termina una era de 5.200 años mayas (o 5.125 actuales) y comienza otra. Pero, a estas alturas, lo que ha quedado claro es que, al menos para el turismo, la profecía tendrá un final mejor del esperado.