INTERNACIONAL
Acto en roma

El papa argentino tuvo el Vía Crucis más concurrido de los últimos años

Miles de antorchas iluminaron el histórico Coliseo romano. “Dios nos juzga amándonos”, aseguró Francisco. En la multitudinaria ceremonia envió un mensaje para Medio Oriente.

Emocion. El papa argentino Jorge Bergoglio concluyó los actos por el Viernes Santo en el Coliseo romano, que estuvo rodeado de miles de fieles. “La cruz es la palabra con que Dios respondió al mal del
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Desde el Vaticano
Iluminado por miles de antorchas llevadas por millares de fieles en silencio, el Coliseo romano fue ayer el telón de fondo de un multitudinario Vía Crucis, el más concurrido de los últimos años. Vestido con un abrigo blanco, Francisco siguió desde la terraza del Palatino las 14 estaciones que rememoraron el calvario de Cristo. “Cuando el papa Benedicto XVI fue al Líbano, vimos la belleza y la fuerza de la comunión de los cristianos de aquella tierra y de la amistad de tantos hermanos musulmanes y muchos otros”, dijo al recordar que su predecesor visitó ese país en septiembre pasado, cinco meses antes de renunciar a su pontificado. “Ha sido un signo para Oriente Medio y para el mundo entero: un signo de esperanza”, recalcó el papa argentino.
El efecto Francisco hizo que las calles que rodean el Coliseo y el Palatino de Roma se inundaran de personas. “La cruz es la palabra con que Dios respondió al mal del mundo”, afirmó Francisco en un breve mensaje leído al finalizar el Vía Crucis.

“Caminemos esperando la resurrección. A veces nos parece que Dios no da ninguna respuesta al mal, y se queda en silencio. En realidad, Dios habló y respondió. Y su respuesta es la cruz de Cristo. Una palabra que es amor, misericordia, perdón y también juicio. Dios nos juzga amándonos”, agregó el flamante papa argentino que comanda la Iglesia Católica.
El papa jesuita también pidió a los cristianos “responder al mal con el bien” y elogió “la amistad” entre católicos y musulmanes, en una fase más de su apertura al diálogo interreligioso. Al finalizar la ceremonia, bendijo a la multitud y fue aclamado y aplaudido por los presentes.

En la oscuridad de la noche, Roma se agolpó a las puertas del Coliseo para presenciar el primer Vía Crucis de Francisco. “Este papa tiene una fuerza nueva, puede llegar a limpiar la Iglesia si lo dejan”, comenta esperanzado a PERFIL el padre Stefano, un joven franciscano que ha llevado a Roma un ómnibus de fieles desde la periferia de Nápoles. “Mucha gente me pide que la lleve a Roma a ver al papa argentino, mucha más gente de la que me lo pedía antes”, agrega el religioso.

En las calles alrededor del Coliseo, por toda la majestuosa Via dei Fori hasta los foros romanos, en pleno centro arqueológico de Roma, miles y miles de personas siguieron ayer rezando las 14 paradas del Vía Crucis, que son para los católicos la evocación de la pasión de Cristo hasta su crucifixión.

Jorge Bergoglio llegó al Coliseo en un automóvil negro y fue recibido por el alcalde de Roma, Gianni Alemano, y altas autoridades religiosas. Con una multitud de fieles con antorchas, el nuevo sumo pontífice presidió uno de los ritos tradicionales de la Pascua.

Las oraciones pidieron el fin de las guerras en todo el mundo, con una atención especial a la violencia en Medio Oriente y al conflicto que desangra a Siria, que ya dejó más de 70 mil muertos. Las palabras rezadas fueron escritas por jóvenes libaneses y supervisadas por Bécharas Boutros Rai, el patriarca maronita.

La ceremonia buscó cumplir un deseo de Joseph Ratzinger, el papa emérito, que al regreso de su viaje en el Líbano pidió que se rezara por la situación en Medio Oriente. El nuevo papa cumplió con ese especial pedido.

En las meditaciones, los jóvenes libaneses denunciaron a los “pilatos” que ejercen el poder “al servicio de los más fuertes” y a los muchos que “ponen su autoridad al servicio de la injusticia y pisotean la dignidad del hombre y su derecho a la vida”.

Las oraciones pidieron también rezar para que no se promueva el aborto. Francisco cerró la ceremonia alrededor de la medianoche italiana. La sensación en el Vaticano es que la curia fue sacudida por la postura franciscana del papa argentino en estos primeros días de Semana Santa.

Fueron muchos los dogmas rotos por Bergoglio en pocas semanas. “Algunos cardenales se pusieron nerviosos –cuenta a PERFIL un alto prelado del norte de Italia, que tiene la misma edad de Ratzinger–. Tienen temor porque no saben hasta dónde puede llegar el argentino”.

El aspecto más destacado por los miembros de la curia romana como el “más subversivo” fue la apertura al islam que produjo Bergoglio.

Hay que tomar en cuenta que Ratzinger empezó su pontificado y pronunció el famoso discurso de Ratisbona, en el que habló de la superioridad del cristianismo frente a las otras religiones y, sobre todo, frente al islam.

“Parece que Bergoglio quiere ir más allá que Wojtyla –susurra un obispo considerado muy cercano a las posiciones progresistas del Concilio Vaticano II– y seguir la obra empezada por Juan XXIII”.

Según informó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, la cruz fue cargada por personas de distintas nacionalidades, entre ellas familias de Italia e India, sacerdotes chinos, italianos y sirios, monjas del Líbano y Nigeria y dos jóvenes brasileños.