El papa Francisco criticó a un sector de la Curia católica por utilizar la muerte de su predecesor Benedicto XVI, ocurrida el 31 de diciembre, para "llevar agua a su molino". En una nueva muestra de que la grieta entre progresistas y conservadores sigue abierta dentro del Vaticano, Francisco sostuvo que la muerte de Benedicto "ha sido instrumentalizada por gente que quiere llevar el agua a su molino".
"La gente que instrumentaliza a una persona así de buena, a un Santo Padre de Dios... Esa gente no tiene ética: es gente de partido, no de iglesia", dijo en declaraciones a bordo del avión que lo condujo a Roma desde Sudán del Sur.
El libro póstumo de Benedicto XVI causa revuelo en los pasillos del Vaticano
"Dejo de lado esas cosas, porque no prosperarán, caen por su propio peso, como en el resto de la historia de la Iglesia", agregó el papa al hablar por primera vez de los enfrentamientos internos y las críticas de los sectores más conservadores tras la muerte del papa emérito.
El fiel colaborador por décadas de Benedicto XVI, el obispo alemán Georg Gänswein, fue uno de los que no ahorró ataques al papa Francisco, inclusive durante la semana en que el papa emérito estaba siendo velado en la basílica de San Pedro.
El obispo sostuvo que la decisión de Francisco de prohibir la celebración de la misa en latín, rehablitada en 2007 por Benedicto XVI, "le había partido el corazón", y llegó a publicar en enero un libro con críticas al papa argentino.
"Algunos cuentos que se dicen, que Benedicto se amargó por tal o cual cosa, son cuentos chinos", comentó el pontífice, quien describió también su relación con el papa emérito, quien residía en un convento dentro del Vaticano, y aseguró que contó siempre con su apoyo.
"Él siempre estuvo a mi lado, apoyándome. Si tenía alguna dificultad me la decía y no había problemas", contó.
ds
