INTERNACIONAL
Tiempo atrs, en la Argentina se lo llamaba "un gil"

El pendejo de Chávez

La palabra que el lunes pasado el presidente venezolano utilizó para referirse al titular de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, tiene significados diferentes según el país que se trate. En Venezuela, inclusoen Colombia y Ecuador, un pendejoes alguien lo suficientemente tonto como para ser utilizado por cualquiera.

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Los cables de noticias suelen dejar de lado las sutilezas idiomáticas. Así, cuando el lunes pasado, en su sonado discurso pleno de anuncios de estatizaciones, el presidente venezolano se ocupó por unos minutos del titular de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, remató su parrafada con una frase: “Es un verdadero pendejo, desde la P hasta la O". Según el comandante bolivariano, “el insulso doctor Insulza debería renunciar a la secretaría de la OEA por atreverse a jugar el papel de un virrey del imperio".

Los memoriosos hicieron notar enseguida que Chávez ya había usado la resbalosa palabrita en febrero de 2004, cuando la aplicó al mismísimo presidente Bush, que según él sería “un pendejo si creía todo lo que le están diciendo sobre Venezuela”. En aquel momento, antes de su reelección, el pintoresco dictador caraqueño todavía trataba de salvar algunas apariencias y no echarse definitivamente en contra al establishment de Washington.

Pero la palabra usada por Chávez tuvo una repercusión despareja en el continente. Y no por la existencia de distintas ideologías, sino porque pendejo tiene significados disimiles según el país que se trate.

Todos sabemos que, en el Cono Sur, pendejo es la forma vulgar de denominar al vello púbico, o inclusive anal. En cambio, en Venezuela y en alguna medida en Colombia y Ecuador, un pendejo es alguien lo suficientemente tonto como para ser utilizado por cualquiera en su beneficio. Lo que en la Argentina –especialmente tiempo atrás– se llamaba “un gil”.

Pero el español es un idioma infinitamente variado en las tierras americanas. Por ejemplo, las cosas cambian en Perú, donde un pendejo es un tipo taimado, ladino, a quien la gente trata de eludir. Y en México es un personaje torpe: “De pendejo, el tipo me echó a perder el carro”, dicen al quejarse de un mecánico chambón. (Nótese el uso particular de “echar a perder”, aplicado a cosas mecánicas, también utilizado en Venezuela y Colombia. En nuestros pagos, sólo se echan a perder hijos y frutas).

El problema se agravó cuando los cables llegaron a los Estados Unidos. Ya había ocurrido algo complicado cuando Chávez amenazó, años atrás, con cortar el suministro de petróleo al país de norte, acusándolo de “financiar a grupos violentos de oposición”, que produjeron el golpe de estado de 2002.

“El muy pendejo se lo creyó”, dijo, refiriéndose a Bush. “A esta gente (los norteamericanos) le pasó como el Chapulín Colorado: no contaban con el pueblo, no contaban con los soldados", dijo, al jactarse de su rápido retorno al poder luego del fugaz golpe que lo depuso durante menos de 72 horas.

Los medios estadounidenses, en su mayoría, tradujeron en ese momento la huidiza palabra por “asshole”, que es mucho más ofensiva que en la versión argentina o uruguaya, y muchísimo más aun que en su casi amable acepción venezolana. No seamos paraonicos: es muy probable que en la inexacta traducción haya influido solamente el apuro de las agencias de noticias, o la certeza de que no hacía falta averiguar en Caracas cuál era el significado del vocablo. Pero tuvo un efecto evidente en el empeoramiento de las relaciones.

Ahora, el pendejo es Inzulza. Que, además, resultó ser insulso para el cada vez más radicalizado líder bolivariano. Todo por atreverse a jugar el papel de virrey del imperio, o, en realidad, por criticar con dureza la caducidad de la licencia de la veterana Radio Caracas Televisión, el arquetipo del canal privado venezolano.

Un golpe, sin duda, a los restos de la libertad de expresión que quedaban en el país caribeño. Porque “cerrar” RCTV equivale también a amenazar ominosamente a los otros canales privados: Venevisión y Globovisión. Y eso sí que no es una pendejada.