INTERNACIONAL
Historia de horror

El plan del austríaco que mantuvo encerrada en el sótano 24 años a su hija, con la que tuvo 7 hijos

La secuestró en agosto de 1984 y nunca más le permitió salir. Tres de los hijos de esa relación demencial nunca habían visto la luz del día. Cómo lo ocultó a su esposa.

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| AFP
Viena - Austria se pregunta en estas horas cómo un hombre pudo esconder durante 24 años a su hija, hoy en día de 42 años, en un sótano de su casa en Amstetten (este), donde confesó haberle engendrado siete hijos, sin que su esposa, los vecinos ni las autoridades sospecharan absolutamente nada.

El sospechoso, Josef Fritzl, de 73 años, confesó el lunes durante su interrogatorio todas las acusaciones, tras ser detenido el pasado sábado. Después de reconocer que había construido un cuchitril en uno de sus sótanos y de haber recluido en su interior a su hija y a tres niños confesó "las acusaciones de incesto, precisando que no hubo violencia", declaró Gerhard Sedlacek, portavoz de la fiscalía de Sankt-Polten, encargada de la investigación.

"Reconoció ser el padre de los siete hijos de la mujer, uno de ellos fallecido cuando era pequeño", agregó. El interrogatorio a Fritzl se alargará varios días, según Sedlacek.

Este drama digno de una película de terror salió a la luz el sábado gracias a las indagaciones de un hospital en el que había ingresado uno de los jóvenes secuestrados, Kerstin, de 19 años, que sufre una misteriosa enfermedad. Los médicos querían localizar a su madre para diagnosticar su mal.

Pero, según constaba en los actos oficiales, la hija, Elisabeth Fritzl, había desaparecido oficialmente en 1984 tras caer en las redes de una secta. En realidad, se encontraba secuestrada por su padre en uno de sus sótanos.

De los seis hijos que tuvo con su padre además del que falleció, tres fueron adoptados por JosefFritzl y su esposa, Rosemarie, mientras que los otros tres permanecieron en el sótano.

Los bebés habían sido depositados con varios años de diferencia en la entrada del domicilio junto a una carta de su madre asegurando que no podía cuidarlos. Un sofisticado plan preparado por el propio Josef.

Elisabeth y sus hijos se encuentran en estos momentos bajo observación en una unidad psiquiátrica de la clínica regional y su estado de salud parece ser satisfactorio.

En cambio, su madre Rosemarie, de 69 años, se encontraría en un estado psicológico preocupante, según el responsable de los servicios sociales de Amstetten, Heinz Lenz.

Tras su liberación, el benjamín de los tres niños encerrados en el sótano, de 6 años, que como sus hermanos nunca había visto la luz del día, declaró a la asistenta social que estaba encantado de poder "subirse a un verdadero coche", según Lenz. Sólo los había visto en televisión.

Las fotografías tomadas por los investigadores muestran el angosto cuchitril construido por Josef y protegido por una puerta de hormigón armado con un cerrojo electrónico del que únicamente él conocía el código.

En el interior, había tres pequeñas habitaciones, aseos, una ducha, una cocina y un televisor.

La prensa austríaca criticó el lunes la "ceguera" de las autoridades que, como en el recordado caso de Natascha Kampusch, fueron incapaces de descubrir durante todos estos años este drama calificado por el diario Osterreich del "peor crimen" en la historia de sucesos del país.

"¿Cómo ha sido posible?", se preguntó igualmente el rotativo Die Presse, mientras que el tabloide Kronen Zeitung trataba de desentrañar la personalidad de Josef Fritzl, un apasionado pescador y apreciado compañero de ágapes entre sus amigos de la ciudad, "monstruo" en la intimidad de su sótano.

El caso recuerda al de Natascha Kampusch, secuestrada por un desequilibrado cuando iba de camino a la escuela a la edad de 10 años en marzo de 1998. Su cautiverio, en un sótano de las afueras de Viena, duró más de ocho años, hasta el día que logró escapar, en agosto de 2006.

Frittz fue detenido por la policía la noche del sábado en la ciudad de Amstetten, acusado de abuso sexual agravado, incesto y privación de la libertad.

Fuente: AFP