INTERNACIONAL
DE CARA A LAS ELECCIONES

El PT lanzó oficialmente la candidatura de Lula, quien continúa preso

A días de cerrar las listas de las presidenciales, miles de militantes del partido aprobaron la postulación del ex mandatario, que lidera las encuestas. El Tribunal Superior Electoral podría anular la postulación.

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“Lula livre”. Fue la frase que más se escuchó ayer en el lanzamiento oficial de la candidatura del ex jefe de Estado brasileño. | AFP

Miles de máscaras con la cara de Lula y cientos de camisetas que aclaman “Lula livre” fueron parte del lanzamiento oficial de la candidatura del ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, que se llevó adelante ayer en un acto del Partido de los Trabajadores (PT).
Lo más increíble de todo es que ni las caretas ni las remeras podrán reemplazar la presencia del más apoyado candidato, según las encuestas, porque continúa preso.
La encuesta CNI/Ibope apunta que el ex presidente tiene un 33% de intención de voto, seguido por el conservador Jair Bolsonaro (15%) y la ambientalista Marina Silva (7%). Los nombres ya se están barajando porque, si bien las elecciones presidenciales serán en octubre próximo, el 15 de agosto es el último día del plazo legal para inscribir a los candidatos.

Evento. Dos mil delegados aprobaron a mano alzada la designación de Lula, más allá de estar condenado a 12 años de cárcel por corrupción. “No existe política en Brasil sin hablar de Lula y sin hablar del PT”, declaró en la convención partidaria, en San Pablo, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.
La inscripción de Lula como candidato “es la acción de máxima confrontación con este sistema podrido”, proclamó la senadora, bajo las ovaciones. “No les tememos”, agregó, denunciando una persecución judicial y mediática contra el ex mandatario (2003-2010), antes de prometer: “¡Vamos a seguir nuestra marcha, vamos a sacar a Lula de la cárcel!”.

Pregunta. La consulta del millón es si Lula puede seguir siendo candidato a la presidencia de Brasil aunque esté en la cárcel. La ley establece que este mes deben registrarse las candidaturas y después será el Tribunal Superior Electoral (TSE) el que tenga que avalarlo, y el plazo límite para que el TSE se pronuncie es el 17 de septiembre.
Según los especialistas, el análisis de la Justicia Electoral puede tomar entre 20 y 25 días, y durante ese tiempo el candidato tiene todo el derecho a hacer campaña.
Durante el acto, se leyó una carta de Lula, en la que denuncia las orientaciones del gobierno conservador de Michel Temer, que llegó al poder en 2016 tras la destitución por el Congreso de la mandataria Dilma Rousseff, heredera política del líder de izquierda: “Ya derrocaron a una presidenta electa, ahora quieren vetar el derecho del pueblo a escoger libremente a su próximo presidente. Quieren inventar una democracia sin pueblo”, dice parte del texto.
Condena. Lula cumple una condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero. El juez Sérgio Moro lo halló culpable de haberse beneficiado de un departamento en el litoral paulista, ofrecido por la constructora OAS a cambio de mediaciones para obtener contratos en Petrobras. Esa condena fue confirmada y agravada en enero por una corte de apelación, lo cual debería inhabilitarlo para competir en una elección, en virtud de la Ley de Ficha Limpia, promulgada por él mismo en el último año de su mandato.
Segunda vuelta. Aparte del PT, que celebrará su convención en San Pablo, otros dos candidatos fuertes se lanzan al ruedo para los comicios del 7 de octubre, con una eventual segunda vuelta el 28. En Brasilia, el ex gobernador de San Pablo Geraldo Alckmin será proclamado candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro-derecha). Esta será su segunda tentativa para colocarse al frente de la mayor economía latinoamericana, después de haber sido derrotado en 2006 por Lula.
También en la capital, el partido Rede investirá a la ecologista Marina Silva, que fue ministra de Medio Ambiente de Lula y que quedó tercera en las elecciones de 2010 y 2014. Tanto Alckmin como Marina Silva podrían ser serios adversarios en una segunda vuelta del ya proclamado candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, que lidera las intenciones de voto en ausencia de Lula.
El ex mandatario, de 72 años, venció en los comicios de 2002 y 2006, y logró que en los dos siguientes triunfara Dilma Rousseff, su heredera política, que fue destituida en 2016.

El obstáculo de la Ficha Limpia
La candidatura de Lula tiene un enemigo principal. Se trata de la Ley de Ficha Limpia, que declara inelegibles a personas condenadas por un tribunal colegiado. Paradójicamente, esta ley fue promulgada por el propio Lula, en el último año de su mandato.
El caso del ex mandatario (2003-2010) y líder histórico del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), cuya sentencia inicial era de nueve años y medio de cárcel y fue elevada en enero a 12 años y un mes por los tres magistrados de una corte de apelaciones, es acorde a lo que dice la norma. El cumplimiento de la sentencia del ex presidente se inició en abril, y permanece desde entonces en una celda. Fue condenado al ser considerado beneficiario de un departamento en un balneario del estado de San Pablo, ofrecido por la constructora OAS a cambio de facilidades de contratos. Pero el dirigente, que enfrenta otras causas, se declara inocente en todas y denuncia una conspiración de las élites para impedirle volver al poder.