A pesar de los continuos pedidos, por parte del Gobierno español, a respetar la “presunción de inocencia” del empresario Iñaki Urdangarín, se hace cada vez más larga la distancia que separa al yerno del rey de España y su familia política. El esposo de la infanta Cristina de Borbón es sospechoso del desvío de fondos públicos pertenecientes al gobierno de las Islas Baleares. El rey Juan Carlos y su familia están empeñados en desligarse completamente del turbio caso de corrupción que acaba de manchar, quizá irremediablemente, la reputación del “yernísimo”. La patética imagen aparecida estos días en la tapa de la revista ‘Semana’, que muestra al ex deportista con el rostro demacrado y muchos kilos de menos, indica que el plebeyo que enamoró a la princesa hace 15 años no la está pasando nada bien. Su esposa, doña Cristina, guarda silencio.
La revista ‘Tiempo’, en su edición de esta semana, afirma que Urdangarín estaría reflexionando seriamente acerca de la posibilidad de apartarse de la Familia Real hasta que pase la tormenta y hasta que la justicia española tome decisiones.
Según el semanario, la Casa Real asegura que el rey Juan Carlos no tuvo contacto alguno con Urdangarín desde que trascendieron las presuntas irregularidades y recuerdan que don Juan Carlos siempre evitó asistir a eventos impulsados por su yerno a través del Instituto Nóos, a través del cual Urdangarín habría realizado el desvío de fondos públicos.
El semanario también analiza en su último informe los vacíos legales existentes que complican este caso, ya que en España no está claro el estatus del que deben gozar los consortes de la Familia Real. Lo cierto es que, como se dijo hace unas semanas, es que el yerno real perderá completamente el apoyo de la Casa Real si llegara a ser declarado culpable. Como un ciudadano más, el Duque de Palma deberá rendir cuentas ante la justicia.
La periodista Pilar Urbano, que acaba de publicar un polémico libro sobre los Borbones, asegura que el rey Juan Carlos estuvo siempre perfectamente al tanto de los turbios negocios de su yerno, especialmente desde que “autorizó a la Infanta Cristina a residenciarse fuera del territorio nacional”.
En este sentido, la autora se basa en que el monarca debe autorizar cada viaje que realicen sus hijos así como, las peticiones de residencia estable en el extranjero: “Tiene que ser una petición con venia fundamentada, es decir, con conocimiento de causa. Lo que nosotros estamos viendo ahora es una cosa conocida por el Rey desde hace más de tres años”.
El “caso Nóos” despertó una polémica sin precedentes en torno a la Monarquía española desde la coronación de Juan Carlos I, hace 36 años. Las investigaciones señalan que los movimientos económicos del Instituto presidido por Iñaki Urdangarín corresponderían más a fines lucrativos que a actuaciones propias de una “entidad sin ánimo lucro”.
La Fiscalía señala que “la única finalidad perseguida” por Urdangarín y Diego Torres (vicepresidente del Instituto) era “contar con la cobertura de una asociación que formalmente no perseguía ánimo de lucro, una especie de ONG dedicada a proyectos sociales”.
(*) especial para Perfil.com
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
