Artur Mas, actual presidente de la Generalitat de Cataluña y una de las cabezas visibles de la coalición Junts pel Sí, virtual triunfadora de las elecciones, salió a festejar anoche su relativo triunfo como si se tratara de una victoria histórica.
El triunfo es relativo porque desde el partido de Mas se había intentado desde el principio convertir las elecciones autonómicas en un plebiscito por la independencia. Y en ese plebiscito informal perdió Mas y su coalición, porque según el recuento total de votos, ha habido más catalanes que ha votado por el NO (Ciudadanos, PP, PSC, CatSíqueespot, entre otros) que por el SÍ (Junts pel sí y CUP) a la creación de un estado independiente.
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En una elección dominada por la cuestión soberanista, Mas se quedó sin alcanzar la mayoría absoluta, aunque intentó maquillarla añadiendo el buen resultado del CUP, aunque sea un partido antisistema que prometió descabezar a la coalición del presidente de la Generalitat.
Fueron unas elecciones donde no perdió nadie: muchos festejaron –aunque a las victorias proclamadas haya que hacer importantes matices- y los que no lo hicieron, justificaron sus derrotas de manera voluntarista. Quizás el único ganador verdadero de la noche sea posiblemente Ciudadanos, que logró duplicar sus escaños en relación a la elección anterior.
En el rubro de los ganadores con matices, se encuentran la coalición Junts pel sí, liderada por Mas, Junqueras y Romeva, que proclamaron la mayoría absoluta en votos a pesar de no haberla alcanzado (lograron, junto con el CUP el 47% del total de votos emitidos). En la misma línea, el PSC (Partido Socialista de Cataluña) cantó victoria, cuando en realidad retrocedió 4 escaños en relación a la anterior elección.
Entre los perdedores con justificación, se encuentra el PP (Partido Popular) y la coalición “Cat sí que es pot” de Podemos. El partido de Rajoy, a pesar de haber retrocedido ocho escaños en esta elección, insiste en mantener su estrategia inmovilista, presentándose como el único partido que garantiza la unidad de España. La coalición encabezada por Pablo Iglesias, en cambio, justificó su derrota considerando que habían penalizado su discurso social. Lo cierto es que la coalición de color morado nunca definió claramente su posición política, lo que puede haber alejado a sus potenciales votantes.
Si nos atenemos a los escaños, la victoria ha sido de Mas y Junts pel sí, que logrará gobernar –en coalición con CUP- en Cataluña. Pero si concebimos la elección como un plebiscito independentista, los partidarios de la independencia se han quedado a un 3 % de la mayoría absoluta, consiguiendo el 47 % de los votos totales. El restante 53 %, de momento, ha dicho NO a la independencia en Cataluña.
