Los 12 chicos y su entrenador, rescatados de una gruta tailandesa donde estuvieron 17 días, serán dados de alta el jueves del hospital donde permanecen en observación. Los 13 decidieron que, en honor al rescatista que murió mientras ayudaba en el operativo que finalmente logró sacarlos del lugar, se convertirán en monjes budistas.
Banphot Konkum, padre de uno de los jóvenes, contó en declaraciones a la agencia internacional AP que tanto su hijo como los demás miembros del equipo de fútbol no se percataron de que cuando entraron a la cueva había empezado a llover. "Después de una hora, cuando quisieron salir, el nivel del agua estaba subiendo. Corrieron al interior de la cueva para escapar del agua. La corriente era fuerte", sostuvo el familiar.
"Los 13 vieron un pequeño pasaje, un espacio por donde arrastrarse y cavaron para llegar a otro lugar, hasta que hallaron a Nen Nom Sao", agregó el hombre al hacer referencia al lugar que fue su refugio durante más de dos semanas.
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Asimismo, Banphot reveló que los 13 rescatados se harán monjes en homenaje a Saman Kunan, un excomando de la Armada tailandesa que murió cuando transportaba provisiones en un tramo inundado de la ruta de escape. Hacerse monje en un templo budista por breve tiempo es una forma de ganar méritos, de acuerdo con la tradición de ese país. "Estamos planeando la fecha y lo haremos cuando todas las familias estén dispuestas", completó.
Su salud. Los 12 jóvenes futbolistas y su entrenador saldrán el jueves del hospital donde están ingresados, indicaron responsables médicos, quienes les ofrecieron apoyo psicológico. "Los 13 'jabalíes salvajes' (como se conoce a su equipo) están en buena condición física y con buen ánimo", afirmó el ministro de Salud pública, Piyasakol Sakolsattayatorn, según consignó la agencia internacional AFP.
Los chicos y sus familiares fueron aconsejados para no dar entrevistas a la prensa, ya que ello podría "desencadenar síntomas de estrés traumático", agregó el funcionario.
Tailandia y el resto del mundo siguió el día a día de esta historia en la que los 12 chicos, de entre 11 y 16 años, y su entrenador, de 25 años, que quedaron atrapados en una cueva del norte de Tailandia el 23 de junio por la crecida de las aguas en su interior.
Los 13 pasaron nueve días en las entrañas de la cueva hasta que dos buzos británicos lograron dar con ellos. Demacrados pero vivos, estaban encaramados en una roca a más de cuatro kilómetros de la entrada de la cueva. Desde el domingo pasado expertos buzos tailandeses y extranjeros iniciaron un arriesgado operativo para sacarlos de allí, algo que lograron con éxito y que duró tres días.
