INTERNACIONAL
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En plena crisis, el Kremlin busca aire en Latinoamérica

En una semana clave, Putin envió a su canciller para desalentar alineamientos con Washington. El peso de la industria militar.

Mision. El canciller Lavrov visitó a Bachelet en Chile. También viajó a Cuba, Nicaragua y Perú.
| Cedoc Perfil

En plena crisis con Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin ensayó una jugada inesperada: envió a su canciller a realizar una gira por Latinoamérica. Mientras la violencia en Europa del Este escala a niveles alarmantes, Sergei Lavrov desembarcó esta semana en Cuba, Nicaragua, Chile y Perú en un trip diplomático que dio lugar a múltiples lecturas por el momento político en el que se produjo.

¿Qué lleva al jefe de la diplomacia rusa a viajar a la región en el marco del peor conflicto entre Moscú y Occidente desde la Guerra Fría? Según el gobierno de Putin, el objetivo es “profundizar en cuestiones relativas a la cooperación bilateral”, además de “revisar acuerdos aprobados” con los países visitados y “agradecer personalmente” a los gobiernos de Cuba y Nicaragua por su voto en marzo contra una resolución de las Naciones Unidas sobre la integridad territorial de Ucrania.
Según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), el intercambio comercial entre Rusia y Latinoamérica llegó a 13.300 millones de dólares en 2013. Aunque no fueron incluidos en el itinerario del canciller ruso, Brasil y la Argentina son los dos principales socios comerciales de Moscú en la región. Al mismo tiempo, Rusia busca implementar acuerdos con varios países latinoamericanos para agilizar el tránsito de personas y el intercambio de productos.

Por esas razones, el viaje de Lavrov al “patio trasero” de los Estados Unidos no hubiera llamado la atención si no hubiera sido por el contexto en el que se produjo. “El objetivo de la gira es lograr cierta ayuda diplomática para contrarrestar las acciones de Washington contra Moscú –dijo a PERFIL Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue–. Pero Rusia no representa una amenaza estratégica real para la influencia de los Estados Unidos en Latinoamérica: el gobierno de Putin espera más bien que la región mantenga una postura independiente sobre Ucrania”.

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En opinión de Khatchik Der Ghougassian, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, “no hay un linkage que la diplomacia rusa podría hacer entre la situación en Europa del Este y su dinámica diplomática en Latinoamérica en un sentido estratégico del término”. El experto agregó que “la postura rusa en la región se caracteriza por un pragmatismo que prioriza el interés económico, lo que incluye cuestiones vinculadas a la industria militar, pese a que ciertos países latinoamericanos quisieran ver en Rusia un factor de balance frente a los Estados Unidos”.

En efecto, las exportaciones militares tienen un peso importante en la relación. De acuerdo con datos de Rostec –la corporación estatal rusa para la fabricación y venta de armas–, Rusia vendió armamento por 1.500 millones de dólares a los países latinoamericanos en 2013. Perú, por ejemplo, firmó en diciembre un millonario contrato para adquirir 24 helicópteros rusos de última generación.

El año pasado, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, anunció que su país proyecta construir bases militares en Nicaragua, Cuba y Venezuela, lo que representaría una acción mucho más decidida contra la influencia estadounidense en la región. Luego de sus declaraciones, el canciller venezolano, Elías Jaua, negó que su gobierno considerara esa alternativa. A diferencia de Cuba y Nicaragua, el país caribeño no fue incluido en la llamativa gira latinoamericana de Lavrov esta semana