El presidente de Uruguay alude a este proyecto como si se tratara de un experimento. Así lo hizo en reiteradas ocasiones, sobre todo cuando fue a los Estados Unidos y se reunió con empresarios mediáticos y multimillonarios, como George Soros y David Rockefeller.
En cuero ajeno cualquiera experimenta, pero este cuero no es ajeno, es el de todos los uruguayos y uruguayas. ¿Alguien puede concebir que se experimente en nuestra gente, en nuestros hijos y en nuestros nietos?. Todo el país es la muestra de este experimento de un gobierno que ha perdido el rumbo.
La ley de marihuana es inconstitucional porque crea un instituto monopólico, el que regulará la producción, distribución y venta de marihuana en nuestro país. Para crear un monopolio, se requieren mayorías especiales en el Parlamento, y esta ley no las tiene. No las ha logrado, a pesar de los esfuerzos de Mujica.
Entonces esta nueva norma sale con un tiro en el ala, porque va a llegar a la Suprema Corte de Justicia por su inconstitucionalidad. Lo advertimos, no sea cosa que el gobierno después diga que nadie le avisó.
Nos preocupa mucho lo que está pasando en Uruguay.
