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kiev culpa a rusia

Grupos de prorrusos ocuparon comisarías en el este de Ucrania

Tension. Manifestantes prorrusos, frente a una de las comisarías ocupadas en el este de Ucrania.
| AFP

AFP
Desde Donetsk, Ucrania
Activistas prorrusos tomaron ayer el control de varios edificios de la Policía, en el este rusohablante de Ucrania, en un nuevo desafío para el gobierno prooccidental de Kiev, confrontado a la amenaza de desmembramiento del país.
Tras la ocupación de una comisaría y luego la sede de los servicios de seguridad en Slaviansk, hombres armados con porras lograron entrar por la tarde del sábado en otra sede de las fuerzas del orden en Donetsk, la gran ciudad del este de Ucrania, constató la AFP.
En esta región, grupos insurgentes prorrusos, algunos armados, ya habían tomado hace casi una semana la sede del gobierno local de Donetsk y el de los Servicios de Seguridad (SBU) de Lugansk, dos ciudades ubicadas a pocos kilómetros de la frontera rusa.

Los manifestantes exigen la anexión de la región a la Federación Rusa o, al menos, un referéndum para lograr más autonomía regional.
El presidente ruso Vladimir Putin, quien ha prometido proteger “a cualquier precio” a la población rusa de los países de la ex Unión Soviética, ha movilizado en la frontera con Ucrania a cerca de 40 mil soldados, según la OTAN, que teme una invasión.

El ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, anunció el envío de “fuerzas especiales”.
En este contexto, el canciller ruso Serguei Lavrov juzgó “inadmisibles” las “amenazas permanentes de Kiev de lanzar un asalto contra los edificios ocupados por los manifestantes en Donetsk y Lugansk”.

En la tarde del sábado, los activistas prorrusos tomaron el control de la sede de los servicios de seguridad de Slaviansk, informó la Policía. Según la Policía y la alcaldesa de Slaviansk, los atacantes provienen de Donetsk, la gran ciudad situada a unos 60 km de Slaviansk.

En Donetsk fueron unos 200 manifestantes prorrusos armados con porras los que lograron entrar sin encontrar resistencia en la sede de la Policía. Además, decenas de miembros de las fuerzas antidisturbios enviadas para reforzar la vigilancia del edificio agitaban cintas naranjas y negras, símbolo de los partidarios de Rusia.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, había viajado el viernes a Donetsk para intentar buscar una salida pacífica a esta insurrección en el este del país.

Yatseniuk, aunque no mantuvo ningún contacto directo con los insurgentes, prometió “equilibrar el poder entre el centro y las regiones” y se comprometió a no modificar “bajo ningún pretexto” las leyes que garantizan el estatuto de las lenguas distintas del ucraniano.

Pero los separatistas, con el apoyo de Moscú, quieren convertir a Ucrania en una federación, algo que rechaza el gobierno de Kiev, que lo considera el paso previo a la disolución del país.
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