INTERNACIONAL

Iñaki Urdangarín: una mancha en la Familia Real que quiere expandirse

Un nuevo capítulo en las relaciones borrascosas entre el rey Juan Carlos de Borbón y el esposo de su hija, la infanta Cristina.

Iñaki Urdangarín, duque de Palma, involucrado en un caso por corrupción que conmovió hasta sus cimientos a la Monarquía.
| AFP

Una llamada telefónica parece haber inquietado, valga la redundancia, a los ejecutivos de la empresa Telefónica S.A. Procedente de Madrid, más precisamente de las oficinas de la Casa Real, los ejecutivos habrían obtenido vía libre para despedir de su cargo a Iñaki Urdangarín, duque de Palma, involucrado en un caso por corrupción que conmovió hasta sus cimientos a la Monarquía.

Nadie lo confirmó, pero la noticia agrega un nuevo capítulo a las borrascosas relaciones del yerno del rey Juan Carlos y la Familia Real. Según el periódico español online El Confidencial, el jefe de la Casa Real (autoridad máxima entre los funcionarios de la Corona), Rafael Spottorno, habría intercedido para dar luz verde al despido del duque de Palma como consejero de la compañía donde trabaja desde su salida del Instituto Noós en 2006.

Spottorno se habría puesto en contacto con Luis Abril, hombre de confianza del presidente de la compañía, César Alierta, para forzar la salida de Urdangarín y explicarle que el rey Juan Carlos “es consciente de la incómoda situación que supone para Telefónica la continuidad de Urdangarín como consejero y representante de la operadora en EE.UU., tras su imputación y posterior declaración judicial”. La Casa Real, por lo tanto, “comprendería” el cese del duque.

Ante esto, por primera vez la Casa Real Española se pronunció de forma oficial, desmintiendo las afirmaciones, y diciendo que “niega tajantemente que se haya dado indicación alguna a Telefónica respecto a la situación laboral de don Iñaki Urdangarin en la compañía”. Urdangarín trabaja en Telefónica Internacional desde que se mudara a Washington DC en 2009. Como consejero de la compañía, percibe un sueldo anual de 1,4 millones de euros, cantidad a la que hay que añadir otros 265.000 euros como consejero de la firma en España; 115.000 euros más por el puesto que ocupa en la filial de México, y 55.000 como consejero de Telefónica Brasil.

Por otra parte, Urdangarin está seguro de que existe un plan para manchar la reputación de su esposa y de su suegro, el rey Juan Carlos, tanto como quedó manchada la suya propia. El sindicato Manos Limpias pretende involucrar al rey y a la infanta por estar “unidos por vínculos de consanguinidad y/o afinidad” con un imputado en un gravísimo caso judicial, a pesar de que ellos no han tenido ninguna relación o contacto con los hechos investigados en la causa.

El abogado del duque llega a afirmar que cualquier pretensión de involucrar a la Familia Real en el escándalo, por muy cercanos que sean los vínculos sanguíneos, es “absolutamente gratuita, espúrea, malintencionada e injustificada”. También el abogado y el juez del caso aseguran que es una falsedad insinuar cualquier trato de favor a la infanta Cristina por ser hija de los Reyes de España: “Es rotundamente falso”, dijo el juez, “que la no citación de Cristina de Borbón en calidad de imputada tuviera como finalidad el librarla del mal trago de verse afectada por estigma alguno al que ella hubiera podido hacerse acreedora si hubieran existido indicios objetivos de criminalidad en su contra, lo que hasta el momento no se ha constatado”.

Incluso dentro de la propia familia Borbón las divisiones son grandes y parecen ampliarse. En un documento publicado por el monárquico diario ABC, se puede comprar, dicho popularmente, que el rey Juan Carlos no quiere ver ni en fotos a su escandaloso yerno: es el único miembro de la Familia Real del que el rey no tiene ninguna foto en su despacho, y sí tiene, por ejemplo, una foto del exmarido de la infanta Elena, el estrafalario Jaime de Marichalar. Mientras, la relación de la infanta Cristina con su hermano, el príncipe heredero Felipe, se tornó absolutamente tensa (no hablan desde hace meses). Los españoles están muy seguros de que la Monarquía sobrevivirá al “Huracán Urdangarín”, pero la familia ya no volverá a ser la misma.

(*) Especial para Perfil.com