INTERNACIONAL
el lado b del modelo chileno

Incendio de Valparaíso: culpan a la precariedad y a la falta de controles

Hubo informes que proponían medidas preventivas de la tragedia en la ciudad trasandina.

Pese a los esfuerzos actuales por asistir a las víctimas, la dirigencia trasandina hizo caso omiso a las luces de alarma que se encendieron previamente.
| CEDOC.

Quince muertos, 12 mil damnificados, y casi 3 mil viviendas totalmente destruidas. El balance del incendio de Valparaíso desgarró el alma de Chile, aún conmovido por el sismo de Iquique. A siete días de la última tragedia, el lamento cedió espacio a la indignación y a la búsqueda de culpables. Mientras la Justicia investigaba la pista sobre un siniestro intencional, salieron a la luz irregularidades en la planificación urbana, precariedad en las viviendas y alertas de organismos de control que no fueron escuchadas por las autoridades.

La cadena de errores que incineró a Valparaíso tuvo lugar en el mismo país que creció 4,1% el año pasado y es señalado como un modelo económico exitoso en la región.

La Corporación Nacional Forestal (Conaf) había identificado en 2013 que los cerros de Valparaíso eran zonas de peligro de incendios forestales, en un informe técnico enviado al alcalde de la ciudad, Jorge Castro, de la Unión Demócrata Independiente (UDI); al ex gobernador José Pedro Núñez, al ex intendente Raúl Celis y a la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y la Seguridad Pública (Onemi). Según el diario digital El Mostrador, el documento, que fue archivado por las autoridades, proponía medidas como cortafuegos y limpieza de microbasurales, que avivaron las llamas la noche del 12 de abril.

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En tanto, investigaciones universitarias y advertencias de organismos internacionales también habían informado sobre una posible tragedia que replicara el incendio de 2008, que asoló a la ciudad. Todos ellos fueron desoídos por el gobierno de Sebastián Piñera y por el Ejecutivo comandado por Michelle Bachelet, que asumió hace más de un mes.

“Como ha sido la tónica de los últimos años, nada se hizo, aduciendo falta de financiamiento. Tal vez con el manejo de la vegetación, la limpieza de quebradas y la confección de cortafuegos no se habrían quemado tantas viviendas”, explicó a la prensa Daniel Ariz, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos Regionales de Conaf.

Los académicos también habían prevenido respecto del riesgo que se cernía sobre los cerros de “Valpo”. El Laboratorio de Incendios Forestales de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile estudió el aumento de incendios en la zona desde 2004. “El punto crítico fue lo que pasó en 2008, en el Cerro La Cruz. Esa era una luz de alarma para los mecanismos de urgencia de la comuna”, argumentó Miguel Castillo, ingeniero forestal de esa casa de estudios.

A su vez, organismos internacionales como la International Maritime Organization (IMO) de las Naciones Unidas también habían advertido a las autoridades chilenas sobre la necesidad de cortafuegos en las quebradas, para evitar la propagación de las llamas.

Ante la magnitud de la tragedia, el vocero del gobierno de Bachelet, Alvaro Elizalde, aseguró ayer que las reconstrucciones de Valparaíso y de las regiones afectadas por el sismo se harán simultáneamente.

Pese a los esfuerzos actuales por asistir a las víctimas, la dirigencia trasandina hizo caso omiso a las luces de alarma que se encendieron previamente. Así, el incendio de Valparaíso se transformó en la crónica de una tragedia anunciada