Zahedan – Las autoridades del
gobierno de Irán ejecutaron ayer a uno de los “principales autores” en el
atentado del miércoles pasado que
costó la vida de once personas –entre ellos varios militares– en la
ciudad de
Zahedán, capital de la provincia de Sistá-Beluchistán, en la frontera entre
Afganistán y Pakistán.
El hombre, que fue identificado por la agencia oficial Irna como
Nosrallah Shanbeh Zehi –miembro del grupo radical sunita Yondulá (Ejército
de Alá)–, fue colgado por una grúa en el mismo lugar donde estalló el coche bomba, indicó el
diario madrileño El País.
La agencia de noticias IRNA confirmó la ejecución, y señaló, sin tampoco precisar detalles
del juicio, que e
l tribunal encontró a Zehi culpable del atentado del miércoles contra un autobús
–en el que viajaban efectivos de la
Guardia Revolucionaria (un cuerpo militar fiel al gobierno de Teherán)– y de
haber participado en el asesinato de dos civiles en Zahedán y en el atraco de un banco.
La celeridad de la medida y el proceder del gobierno de Teherán envía así un mensaje muy
claro a los potenciales terroristas, pero también siembra dudas acerca del proceso legal para
someter a este hombre a la pena de muerte. Por su parte, los habitantes del lugar presenciaron el
ahorcamiento mientras
coreaban cánticos contra Estados Unidos, Israel y los wahabíes, una rama del Islam
sunita dominante en Arabia Saudí.