Considerada todo un símbolo de la resistencia ante las fuerzas israelíes, la adolescente palestina Ahed Tamimi salió este domingo de prisión, después de cumplir una condena de ocho meses de cárcel por abofetear a dos soldados israelíes, un incidente que fue capturado en un video que se volvió viral y le dio fama global.
Assaf Librati, portavoz del servicio de prisiones, dijo a la AFP que Tamimi, de 17 años, y su madre, que también fue encarcelada por los hechos, habían sido liberadas en un puesto de control en Cisjordania ocupada, donde reside la familia. "Ya salieron de prisión", señaló Librati, citado por la agencia AFP.
Ahed Tamimi fue detenida el 19 de diciembre del año pasado, pocos días después de aparecer en un vídeo que ganó fama global. Las imágenes mostraban como Ahed y su prima Nur Tamimi se acercaban a dos soldados israelíes apoyados en un muro en el patio de una casa en Nabi Saleh, un pueblo del territorio palestino ocupado desde hace más de 50 años. Las dos adolescentes abofetearon a los militares y les exigieron que se fueran de ese lugar.
Ahed Tamimi, entonces de 16 años, fue detenida en horas de la noche del día siguiente y condenada a ocho meses de cárcel el pasado 21 de marzo. Cumplió los 17 años entre rejas. Hija de una familia prominente y comprometida con la lucha contra la ocupación israelí, ya se había visto implicada en otros incidentes con soldados israelíes, cuyas imágenes también fueron difundidas por internet.
Los palestinos ven en Ahed Tamimi un ejemplo de valentía ante los abusos de Israel en los territorios palestinos ocupados. Su rostro fue pintado en el muro que separa Israel de Cisjordania y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, la ha felicitado públicamente, un halago que se suma a los comentarios de apoyo en las redes sociales. Como contrapartida, numerosos israelíes ven en ella un ejemplo del odio y el resentimientos que los palestinos transmiten a sus hijos. Para los israelíes la impasividad de los soldados abofeteados era meritoria, mientras que otras voces clamaban por un castigo más severo.
El incidente que cambió el destino de la joven se produjo en un contexto de tensión y de protestas por la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel.