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Italia: la política y los juegos

Matteo Salvini provocó la caída del gobierno, confiado en que podrá formar una nuevo sin aliados incómodos. Pero las cosas son más difíciles.

Mateo Salvini
Matteo Salvini | DPA

La barroca Piazza Navona, una de las más bonitas de Roma, tiene una forma rectangular: en la época imperial, el emperador Domiciano hizo construir en ese espacio una pista de atletismo, en la que se realizaban los juegos griegos in agone - de allí vendría, entonces, el término navona. En aquellos juegos, los participantes debían competir respetando una serie de reglas consuetudinarias. Dos mil años más tarde, a solo cien metros de allí, un grupo de personas también compite respetando una serie de normas preestablecidas.

El recinto de Palazzo Madama, sede del Senado italiano, estaba inusualmente repleto. En una escena inédita en la historia republicana italiana, el Primer Ministro, Giuseppe Conte, leyó una lista de motivos por los que consideraba al vice Premier y Ministro del Interior, Matteo Salvini, un irresponsable, un ignorante de la cultura institucional, un colaborador desleal. Luego, fue al Quirinale, sede de la Presidencia de la República, a presentarle su renuncia al Jefe del Estado, poniendo fin a la experiencia del gobierno nacionalista-populista de Italia.

En el sistema parlamentario italiano, el gobierno necesita al menos el 40% del apoyo de las fuerzas del Parlamento. Es por esto que, luego de las elecciones políticas de marzo de 2018, la Liga y el Movimiento 5 Estrellas formaron una coalición: los líderes, Matteo Salvini y Luigi Di Maio, coincidieron en un extraño programa de gobierno, al que llamaron “contrato”, y colocaron a un desconocido profesor de Derecho, Giuseppe Conte, como Presidente del Consejo de Ministros (además, le abrieron las puertas del ejecutivo al ítalo-argentino Ricardo Merlo, líder del MAIE, nombrándolo Subsecretario de Asuntos Internacionales.)

Renunció Giuseppe Conte como primer ministro de Italia

Bastó poco más de año para que las acciones de los socios del gobierno se invirtieran: en las europeas de mayo de este año, la Liga obtuvo un 34%, y el partido 5 Estrellas se desinfló hasta alcanzar el 17%.

Salvini se convirtió en un virtual premier y el partido 5 Estrellas, doblegado, eligió ceder para no hacer caer el gobierno, aprobando decretos anti inmigrantes (declarados en parte inaplicables por la misma justicia italiana) y aprobando obras de infraestructura como el TAV (Treno di Alta Velocità, un proyecto europeo ferroviario para unir las ciudades de Turín y Lyon, en Francia) y el TAP (Trans Adriatic Pipeline, un gasoducto que transportará gas natural desde la región del Mar Caspio hacia Europa, llegando al sur de Italia), importantes proyectos que el partido 5 Estrellas había combatido cuando era oposición y al comienzo de su gobierno.
 

La legalidad y la corrupción

En 2018, la Corte de Génova emitió una sentencia, luego confirmada por la Corte de Casación: la Liga debe devolver los € 49 millones que obtuvo irregularmente, que robó de las arcas del Estado, por unos reembolsos electorales recibidos de manera fraudulenta entre 2008 y 2010.

Además, la agencia de noticias BuzzFeed publicó recientemente unas grabaciones realizadas en Moscú, en las que colaboradores de Salvini les proponen a funcionarios rusos, cercanos a Putin, un plan para hacer llegar ilegalmente a la Liga decenas de millones de dólares. Se escucha a Gianluca Savoini quien, según Salvini repitió varias veces, no había estado en esas reuniones, explicar el plan. Las pruebas de que Savoini había estado en Rusia numerosas veces son vastas, desde fotografías en la Plaza Roja con el mismo Salvini a correos electrónicos oficiales.

Nunca recibí ni un dólar ni una botella de vodka de los rusos, respondió Salvini cuando le preguntaron si había pedido esos millones.

Salvini, el enemigo de Francisco que domina Italia​


Revés
A mediados de agosto, para capitalizar su consenso, o acaso para evitar responder por el Russiagate y para desligarse de los efectos de la ley de presupuesto, Salvini abría una crisis política: "Esto no da para más, queremos ir al voto inmediatamente".

Con esto, anunciaba su intención de terminar la experiencia del gobierno Conte, presentando una moción de censura para el premier del gobierno - del que la Liga aún formaba parte. Salvini anunció que ya no podía confiar en el partido 5 Estrellas y que buscaría elecciones en octubre, pidió “plenos poderes” y aseguró que, de no haber elecciones, llamaría a sus votantes in piazza, es decir a las calles a exigir el voto.

El ex premier y actual senador del Partido Demócrata (PD), Matteo Renzi, consiguió imponer su línea en el Senado, impidiendo que Salvini avanzara en la moción de censura contra Giuseppe Conte. A su vez, Renzi, que argumenta que unas elecciones en octubre serían catastróficas para la economía italiana, hizo un llamado a todo el arco político (compuesto por la centroderecha, los liberales y otras fuerzas de izquierda minoritarias, pero en el que 5 Estrellas tiene la mayoría) para detener a la Liga.

El ex premier Giuseppe Conte describió a Salvini como un hombre obsesionado con la inmigración y colaborador desleal.

Luego de esta derrota institucional en el Senado, Salvini le propuso un acuerdo a su socio Di Maio, ofreciéndole el cargo de Primer Ministro, que fue rechazado. A los dos días, el premier Conte escribió una carta abierta, en la que describió a Salvini como obsesionado con la inmigración y colaborador desleal, a la vez que destacó las ayudas de la Comisión Europea en la delicada materia de la gestión inmigratoria. Paulatinamente, el consenso de la Liga dejó de aumentar y, a partir de la crisis de gobierno, descendió algunos puntos porcentuales.

Ayer, después del discurso de renuncia del PM Conte, que convirtió la crisis política en crisis institucional, el senador Renzi dijo: “El gobierno populista falló. Y, Ministro Salvini, le debe explicaciones a los italianos acerca de sus vínculos con Rusia”.
Según la Constitución italiana, al caer un gobierno antes de los cinco años que dura la legislatura, el Presidente de la República se reúne con los presidentes de bloque por separado, para intentar formar una nueva mayoría con los espacios presentes en el Parlamento (estas reuniones reciben el nombre de consultazioni (consultas). Si el Partido Demócrata y 5 Estrellas consiguen un acuerdo, no habrá elecciones anticipadas – al menos, por ahora.

Ayer, a unos pocos pasos de Piazza Navona, terminó la experiencia nacionalista-populista. En la Italia del siglo XXI, al igual que en la Roma imperial, los consensos se pueden perder muy rápidamente. La diferencia, entonces, no estará en ser el atleta más fuerte, sino en hacer mejor política.

*Licenciado en Política y Relaciones Internacionales – Universidad de la Sapienza – Roma. @mellamonicolas.