INTERNACIONAL
sin cargos en bruselas

La “nueva Europa” que soñaba Matteo Salvini lo dejó fuera de la UE

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Lejos. El más votado en las elecciones europeas; lo ignoraron. | ap

“Nació una nueva Europa”, afirmaba, exultante, el 27 de mayo pasado el vicepremier italiano Matteo Salvini, líder de la derechista Lega, que en las elecciones europeas de ese día resultó el más votado de su país, un triunfo que festejó rosario en mano y con un enfático: “Ahora se cambia”.

El xenófobo vicepremier acababa de derrotar a su aliado en el gobierno, el vacilante Movimento 5 Stelle (M5S), y se regocijaba pronosticando un terremoto en las instituciones de la UE con el avance de sus amigos ultraderechistas en el continente, entre ellos la francesa Marine Le Pen.

Pero ese nacimiento anunciado no se registró, e Italia acaba de quedar fuera de casi todos los cargos importantes, salvo el de presidente del Parlamento europeo, una designación que significó otro golpe para el líder de la Lega pues fue electo el eurodiputado David Sassoli, un socialista del Partido Democrático (PD), el “enemigo” de Salvini y segundo en el escrutinio de las europeas.

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 “Lo importante es que el futuro de Europa no lo decidan solo Berlín y París”, había desafiado el vicepremier en referencia a las negociaciones entre la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron. “Una solución a medida que excluya a todos los otros (países de la UE) y contente solo a franceses y alemanes no tendrá el apoyo italiano”, amenazó Salvini al hablar el 2 de julio de las inminentes designaciones de las autoridades europeas.

Sin embargo, el viento político se llevó lejos éstas y otras  bravuconadas suyas, pues Merkel y Macron colocaron a dos mujeres de las propias huestes, nada más y nada menos que en la conducción de la Comunidad Europea y del Banco Central Europeo, Ursula Von der Leyen y Christine Lagarde, respectivamente.

Derrota. La maratón de tres jornadas de negociaciones dio como resultado un “combo” nada favorable a la Lega y un premio consuelo para el M5S, ya que uno de los 14 vicepresidentes de la Cámara europea es uno de sus eurodiputados, Fabio Castaldo. Bien poco para las expectativas salvinistas.

La alemana Von der Leyen, ministra de Defensa en el gobierno Merkel es miembro de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller, quien se declaró “feliz” por la designación de su fiel discípula.

En cuanto a la francesa Christine Lagarde, impulsada por Macron y dura titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), es una de las cien mujeres más poderosas del mundo, según Forbes, y sin una relación idílica con Roma. Bajo su conducción el FMI no ahorró críticas a las dos medidas más propagandizadas del gobierno M5S-Lega, conocidas como “reddito di cittadinanza”, un apoyo económico a quienes tienen menos ingresos,  y “quota 100” una jubilación anticipada con 38 años de aportes y un mínimo de 62 años de edad. A la primera le achaca que  puede “quitar incentivos al trabajo” y a la segunda el agujero negro que implica para las cuentas públicas.

Las “Mujeres Maravilla” europeas, en síntesis, no son un mix agradable para Salvini y menos aún lo es el socialista Sassoli.

Problemas. En este marco, Italia enfrenta problemas económicos y sociales, con dos temas calientes, tanto o más que las temperaturas del actual verano en Europa: la evolución de sus cuentas públicas con la reducción del déficit, y la situación de los migrantes.

Sobre las cuentas públicas, la Comisión Europea retiró la propuesta de una sanción inmediata contra Italia por deuda excesiva, pero seguirá monitoreando la situación hasta el otoño, cuando el país debe presentar la ley de presupuesto para 2020.

En cuanto a los migrantes, el clamoroso caso de la nave humanitaria Sea Watch 3 y de su capitana, la alemana Carola Rackete (31 años), encarcelada por orden de Salvini en calidad de ministro del Interior y luego liberada por la Justicia, acaba de representar una advertencia para el racismo y la xenofobia de un vicepremier que a muchos recuerda gestos del Duce. “E la nave va...” en el gobierno bicéfalo italiano, unido solo por la ambición de mantener el poder, muy lejos de la Italia solidaria de los 80.

 

Apoyo a la capitana Rackete

Más de 30 mil personas se manifestaron ayer en un centenar de ciudades de Alemania en solidaridad con la capitana del barco humanitario Sea-Watch y para reclamar atención para los migrantes rescatados por las ONG en el Mediterráneo. En Berlín participaron unas 8 mil personas y en Hamburgo unas 4 mil. “El rescate en el mar no conoce fronteras, tanto como nuestra solidaridad”, aseguró la capitana del Sea-Watch, Carola Rackete, en un mensaje dirigido a los manifestantes en Berlín. “La irresponsabilidad de los Estados europeos me obligó a actuar como lo hice”, agregó la joven alemana, que se encuentra en Italia. Al mando del Sea-Watch, Rackete fue detenida tras haber atracado sin autorización la semana pasada en la isla italiana de Lampedusa para desembarcar a cuarenta migrantes rescatados y bloqueados a bordo durante más de dos semanas. El martes, un juzgado italiano dejó sin efecto su arresto, argumentando que actuó para salvar vidas. Dos investigaciones diferentes, por resistencia a un oficial y ayuda a la inmigración clandestina, siguen en curso en su contra. Rackete suscitó una ola de solidaridad en Alemania mientras que se multiplicaron las voces para exigir la acogida de migrantes socorridos en el Mediterráneo.