El asilo que Ecuador concedió a Julian Assange casi hizo olvidar que, más allá de la controversia diplomática, dos mujeres denunciaron al fundador de WikiLeaks por presunto abuso sexual. Una de ellas es Anna Ardin, una periodista sueca dedicada a la militancia por los derechos femeninos.
Una de las pocas cosas que se saben de Ardin es que vivió en la Argentina. Estuvo en el país el tiempo suficiente como para sorprenderse por la relación que existe entre política y género en la era K.
“Con el kirchnerismo, las únicas mujeres en el poder son esposas o hermanas de políticos”, dijo Ardin a PERFIL, desde Estocolmo. Aunque jamás habló con la prensa sobre Assange, la mujer que hizo tambalear WikiLeaks sí se dio licencia para opinar sobre los K: “Son corruptos y antidemocráticos. Pero, a pesar de eso, no puedo evitar decir que Kirchner me caía simpático”.
Las preguntas a Ardin sobre el Gobierno argentino no fueron fortuitas. En 2005, la sueca llegó al país como pasante en la Embajada de Suecia. En aquel momento escribió en su blog personal un informe titulado “Peronista en mi corazón”, en el que describió algunas prácticas comunes del Partido Justicialista.
“Devoran a otros sectores intentando ampliar la base de votantes constantemente, y sólo tienen en cuenta la oposición dentro del partido”, escribió.
En ese mismo texto, Ardin tomó a Cristina de Kirchner, Hilda “Chiche” Duhalde y Alicia Kirchner como ejemplos de mujeres que, según su visión, ascendieron en el mundo de la política de la mano de hombres poderosos. “Hay muchas cosas similares entre los peronistas y los socialdemócratas de Suecia. Me siento como en casa”, concluyó Ardin en su blog.
Cinco años más tarde, cuando Néstor Kirchner murió, la enemiga íntima de Assange volvió a dedicar algunos párrafos a la Argentina. Bajo el título “Kirchner ha muerto. ¡Larga vida a Kirchner!”, Ardin publicó un extenso comentario sobre las virtudes y los defectos de la administración kirchnerista.
“Hoy, según las encuestas, el 83% de las personas está satisfecho con el modo en que Kirchner condujo su gobierno –observó–. Pero aún queda mucho por hacer en términos de desempleo y desigualdad. Sólo unas pocas reformas económicas se pusieron en marcha”.
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