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Los objetivos “modestos” del G20 y la OMC en la Argentina

Las diferencias internas impiden esperar grandes avances en las cumbres que se realizarán en nuestro país durante diciembre.

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La Argentina se convertirá en el primer país del mundo que asume la presidencia del G20, las veinte economías más industrializadas, y de forma simultánea organiza la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Ambos eventos constituirán una gran vidriera internacional para el presidente Mauricio Macri, pero los objetivos para esas reuniones, marcada por diferencias entre las potencias, son “modestos”. Desde la presidencia del G20, la Argentina buscará mediar para alcanzar acuerdos, lo que de antemano parece extremadamente complejo.

Si bien los dos encuentros tienen profundas diferencias, ambos enfrentarán similares tensiones políticas y económicas. La OMC, cuya cita es el 10 de diciembre en Buenos Aires, es un campo minado. Allí se congregarán representantes de 164 países, que conforman distintas coaliciones contrapuestas, mediante las cuales presionan para obtener acceso a mercados o, por el contrario, para levantar barreras comerciales a productos foráneos. El G20, en cambio, es un grupo relativamente informal que tendrá tres ejes de trabajo, según adelantó Macri: “El futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo y futuro alimentario sustentable”.


OMC. “Estimo que no se concretarán grandes novedades en la próxima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio en Buenos Aires”, afirmó a PERFIL Xavier Fernández Pons, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de Barcelona. La llegada de Donald Trump a la presidencia en los Estados Unidos, el efecto del Brexit en la UE, y el auge de una ola de proteccionismo comercial amenazan con frustrar cualquier avance en las negociaciones. La política monetaria de China, acusada por Washington y Bruselas de infravalorar su moneda, también promete generar más tensiones. “Será difícil que se alcancen grandes acuerdos sobre los principales temas que centran las negociaciones de la Ronda de Doha, como las subvenciones a la producción agrícola, la rebaja de los aranceles a los productos no agrícolas, o el incremento de compromisos en materia de liberalización de servicios”, agregó Fernández Pons.


G20. Los líderes de Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, India, Brasil, Italia, Canadá, Corea del Sur, Rusia, Australia, México, Indonesia, Turquía, Arabia Saudita, Sudáfrica y la Unión Europea se congregarán en diciembre en Bariloche para firmar el documento final y posar en la tradicional foto de familia. Allí, Macri tendrá un rol central, al presidir el grupo y proponer la agenda de trabajo. “Sin duda, ser anfitrión de ambos eventos coloca a la Argentina en la vidriera internacional”, opinó Roberto Bouzas, director académico de la Maestría en Política y Economía Internacionales de la Universidad de San Andrés, quien, sin embargo, sostuvo que el éxito dependerá del resultado final de esos encuentros.

En la última cumbre del G20, celebrada en Hamburgo, la canciller alemana, Angela Merkel, intentó liderar la lucha contra el cambio climático, pero chocó con la oposición de Trump, que se negó a adherir ese tema en el documento final y luego se retiró del Acuerdo de París. Esa divergencia, sumada a los disturbios callejeros, empañaron el objetivo de la presidencia alemana.

Macri, en tanto, buscará incluir temas de la agenda regional en ambos tableros, como las negociaciones comerciales entre el Mercosur y la Unión Europea, al tiempo que se esforzará por demostrar la coincidencia entre su agenda política interna y la internacional.