Maduro acusó a Estados Unidos de organizar su derrocamiento
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AFP
dpa/ap
En una nueva escalada verbal, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó ayer a los Estados Unidos de haber “asumido abiertamente el liderazgo del derrocamiento” de su gobierno y aseguró que “todos, todos los casos, del primero al último, de personas asesinadas, son imputables a la violencia guarimbera”, en alusión a los grupos opositores que se enfrentan violentamente en las calles a las fuerzas de seguridad y a los “colectivos” armados chavistas.
En una rueda de prensa en la que se encontraban familiares de víctimas de los enfrentamientos, Maduro insistió en su teoría de que “todos los casos, cada uno, son imputables al golpe de Estado que se desarrolla en Venezuela”. Luego, señaló al gobierno estadounidense como el supuesto responsable de haber activado la violencia en el país.
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“Cojan mínimo (pongan pausa), están llevando al presidente Obama a un abismo –afirmó–. Se va a estrellar contra Venezuela y terminará de aislarse de toda América latina y el Caribe”. Luego advirtió: “Si algún día los gringos llegaran a venir, los ‘colectivos’ se los comerían como hormigas”.
El canciller Elías Jaua fue aún más explícito. Durante un homenaje a Hugo Chávez, el funcionario calificó a su par estadounidense, John Kerry, de “asesino del pueblo venezolano”. La respuesta desde Washington no tardó en llegar. “Los funcionarios en Venezuela que tratan de hacer que esto gire en torno a lo Estados Unidos están faltando descaradamente a la verdad sobre lo que pasa allí”, respondió la vocera del Departamento de Estado, Marie Harf.
Al mencionar a las víctimas chavistas, Maduro destacó el caso de Arturo Alexis Martínez, “asesinado por un francotirador de los grupos armados de la derecha”. También dijo que hay más de treinta miembros de la Gendarmería Nacional heridos de bala.
Al mismo tiempo que convoca a un diálogo por ahora virtual, Maduro responsabiliza a la oposición por la crisis que atraviesa el país y cuestiona a los dirigentes opositores que no condenan la violencia de la “guarimba”, como se conoce a las barricadas antichavistas.
