Desde Ciudad del Vaticano ¿Quién es el verdadero Papa del Pueblo? ¿Juan Pablo II, que hizo conocer al mundo la figura del pontífice rodeado de miles de fieles exultantes en misas masivas celebradas en rincones perdidos del planeta? ¿O Francisco, que expresa ternura hacia el pueblo, habla con una sencillez que cualquiera entiende y está abierto a los abrazos con plazas repletas de gente que tanto preocupan a la seguridad vaticana? Esa fue la pregunta de la semana en Italia en ocasión del décimo aniversario de la muerte de Karol Wojtyla, Juan Pablo II, el 2 abril de 2005. Marco Politi, conocedor de Juan Pablo II y vaticanista del diario italiano Il fatto quotidiano, observa: “Diez años después de su muerte, parece llegar de una época histórica remota, casi medieval, si lo confrontamos con Francisco, que se caracteriza por la voluntad de sencillez de un discípulo de Cristo”. Juan Pablo II fue un papa emperador. Fue severo y cerrado a la discusión interna. En cambio, Francisco se mostró desde un primer momento como el papa del pueblo. Su actitud es leída como una consecuencia de su formación en Argentina y su estudio de la teología del pueblo. La cercanía a los pobres es muy importante para él.
