INTERNACIONAL
UN 11 de septiembre galo

Mataron a los yihadistas, pero Francia se mantiene en alerta por el terrorismo

La policía francesa abatió a tres supuestos integrantes de la célula que atacó a la revista Charlie Hebdo. Hubo cuatro rehenes entre las víctimas. Nuevas amenazas de Al Qaeda.

Cinematografico. Los policías atacaron antes de las 16. Francotiradores de elite, helicópteros y gendarmes integraron el operativo que eliminó a los terroristas. El drama de los rehenes que sobrevivie
| AFP

Sitiada por fuerzas de seguridad, París vivió ayer una nueva jornada violenta, que culminó con las ejecuciones de tres presuntos terroristas y cuatro rehenes, en medio de amenazas de nuevos ataques lanzadas por Al Qaeda.

Tras más de 53 horas de intensa búsqueda, la policía francesa abatió ayer a los yihadistas que habían atacado a la revista satírica Charlie Hebdo y, luego, protagonizaron una doble toma de rehenes. La ofensiva consistió en dos operativos lanzados en simultáneo, en París y en Dammartin-en-Goële, a 40 kilómetros de la Ciudad Luz.

En el primero de ellos, los agentes mataron a Amédy Coulibaly, un islamista radical de 32 años que habría ultimado el jueves a una policía y se atrincheró ayer en un supermercado kosher. Además, perdieron la vida cuatro de los rehenes, en circunstancias aún no aclaradas. En el otro episodio, murieron los hermanos Said y Chérif Kouachi, los dos terroristas que mataron a doce personas en la redacción de Charlie Hebdo. Según los investigadores, los tres integrarían una misma célula, entrenada por la rama de Al Qaeda en Yemen.

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Tres minutos antes de las 16 (hora local), la unidad de elite de la gendarmería lanzó la doble ofensiva. Los hermanos Kouachi, nacidos en París y de origen argelino, murieron al salir disparando de una imprenta en la que estuvieron nueve horas antrincherados. Tras la balacera, un rehén fue rescatado con vida.

En el centro de París, los uniformados ingresaron al comercio luego que oyeran varias detonaciones. Coulibaly, que había conocido a Chérif en la cárcel, murió en el operativo y cuatro rehenes también engrosaron la lista de víctimas fatales.
Los Kouachi, sospechosos de atacar el miércoles la sede de Charlie Hebdo, eran buscados por 88 mil policías. El cerco y su dramático final tuvieron como escenario la pequeña ciudad de Dammartin-en-Goële, cerca del aeropuerto Charles de Gaulle. Tras robar un coche y estar dos días prófugos, fueron localizados en una imprenta abandonada, donde se atrincheraron y fueron rodeados por la policía. “Dijeron que querían morir como mártires’’, afirmó Yves Albarello, un legislador local que dialogó con la cadena de televisión francesa i-Tele.

El Palacio del Elíseo vivió la jornada más trágica desde que asumió la presidencia François Hollande. “Estamos en una guerra contra el terrorismo, no contra una religión y tampoco contra el islam. Hay un antes y un después al ataque a Charlie Hebdo para la sociedad francesa”, aseguró el premier Manuel Valls.
En otro episodio confuso, las autoridades francesas sitiaron ayer por la noche una joyería en Montepllier, donde un hombre tenía cautivos a dos rehenes. Aunque en un primer momento se creyó que podría estar vinculado con los otros ataques, esa hipótesis fue desmentida por las autoridades. “Se trata de un robo a mano armada. No tiene nada que ver con lo que ocurre en París”, declaró, sin embargo, el fiscal Christophe Barret.
En las últimas 72 horas, Francia vivió escenas de terror y congoja, tras el brutal atentado a la publicación que ridiculizaba el fanatismo religioso con críticas a musulmanes, judíos ortodoxos y católicos. La matanza agitó el fantasma de la islamofobia: hubo ataques con granadas a mezquitas y Marine Le Pen pidió la pensa de muerte.

En duelo por las víctimas, Francia buscaba ayer una salida a la trampa planteada por el terrorismo y la xenofobia.