INTERNACIONAL
Mientras llega la ayuda internacional...

Miles de haitianos se agolpan ante la frontera con República Dominicana

El desastre humanitario en Haití es dantesco: la población estáhambrienta, sin agua, sin corriente eléctrica y no funcionan los sistemas de comunicación.

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La isla de Santo Domingo expone –y más frente a este desastre-, dos distintas realidades. Por un lado comprende a Haití, que ocupa un tercio (el sector occidental) y a la República Dominicana con el resto del territorio oriental. Ambas naciones casi tienen la misma población, unos diez millones de habitantes. Aunque Dominicana tiene 7 veces más ingresos por habitante. Por décadas siempre ha estado presente el enfrentamiento tácito ante semejante diferencia socioeconómica, la cual inclusive llevó a terribles matanzas de haitianos en la época del dictador dominicano Trujillo, allá por los años 30s, y a constantes problemas de inmigración ilegal.

Ante la gravedad de los acontecimientos por el terrible terremoto de hace dos días, el gobierno de República Dominicana ha ordenado reforzar los controles en los principales puntos fronterizos ante la oleada de haitianos que se agolpan pidiendo ayuda. Recordemos que debido a la magnitud de los daños, gran parte de la ayuda humanitaria primeramente se estableció en República Dominicana, ya que el aeropuerto de Puerto Príncipe, capital de Haití, estuvo inoperable.

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Varios haitianos desesperados han logrado pasar al otro lado de la frontera, corriendo riesgos, pero en busca de alimentos y agua. Entre los capturados por la policía de Dominicana había un grupo de colombianos y un iraní que se habían escapado de la cárcel de Puerto Príncipe, la que también se derrumbó.

La pobreza en Haití siempre ha sido un problema para los dominicanos. Ambos gobiernos han permanecido discutiendo por años que hacer con los haitianos que viven ilegalmente en el otro lado de la isla, los que son constantemente deportados. Ayer las redadas masivas de haitianos que constantemente se hacen en los barrios dominicanos se han suspendido oficialmente hasta nuevo aviso por “razones humanitarias”. También se suspendieron las deportaciones, aunque las autoridades dominicanas rastrean para detener a quienes se hayan logrado infiltrar en su territorio.

A la vez, los dominicanos permitieron el ingreso a sus centros de salud fronterizos a ciertos haitianos que presentaban fracturas o heridas muy graves. El Presidente dominicano Leonel Fernández le ordenó a todos los hospitales fronterizos que abran sus puertas, aunque ordenó a las autoridades policiales que refuercen los controles.

Las situaciones más tensas se vieron en la zona de Dajabón, donde los haitianos se aglomeraban y pedían desesperadamente agua, velas y alimentos. Otros intentaban cruzar para tomar contacto telefónico con sus familiares que viven en Estados Unidos y otras regiones, a efectos de informar sobre su paradero y solicitar ayuda. Los militares dominicanos sólo permitían para tal fin la entrada de los haitianos que tenían pasaportes con el sello de la visa de la República Dominicana.

La ayuda de Europa y de todo el continente comenzaba a llegar. Toneladas de alimentos se agolpaban en improvisados campamentos en la frontera dominicana a efectos de ser distribuidos en Haití. Estados Unidos, por su parte, movilizó una ayuda militar masiva para asistir a las víctimas del devastador terremoto. Barcos, helicópteros, aviones de transporte y una unidad de dos mil “marines” se preparaba para partir hacia Haití. Mismo desde el Perú se anunciaba que el Presidente Alan García iría personalmente a llevar la ayuda de su país comprendida por varias toneladas de alimentos que se preparaban ya en dos aviones listos para ser fletados. En México el Presidente Calderón le solicitaba a la población de su país solidaridad con el pueblo haitiano, mientras que varias toneladas de alimentos y agua eran subidas a barcos y aviones listos para ser despachados.

El general Douglas Fraser, titular del Comando Sur de Estados Unidos, dijo el miércoles que un gran barco probablemente partirá a Haití con una unidad expedicionaria, alimentos y anunciaba se ponía en marcha un operativo para alistar a otros 3.500 efectivos más, a efectos de patrullar las destruidas calles haitianas y organizar el apoyo humanitario ante la tremenda situación que se vive en estas horas.

 

* Especial para Perfil.com