INTERNACIONAL
Mismas críticas que a los K

Obama convierte a Hollywood en un ‘semillero’ de embajadores políticos

Una camada “diplomática” de recaudadores de fondos electorales entre famosos.

Para Scarlett Johansson o Natalie Portman, que dieron el visto bueno en público, Mamet es el contacto directo con Washington.
| Cedoc

En septiembre de 2002, Noah Mamet organizó una fiesta de gala en el Kodak Theatre, el templo de los Oscar, con Barbra Streisand como anfitriona. El objetivo era sacudir los bolsillos de las celebrities de Hollywood para que aportaran dinero a la campaña legislativa demócrata de aquel año. Esa noche, el empresario californiano superó todas las expectativas: recaudó seis millones de dólares en unas horas, récord absoluto para los parámetros de la época.

Pasaron doce años desde entonces y seis millones ya no mueven la aguja en la competencia electoral de los Estados Unidos. Recaudadores como Mamet, sí. Tal vez por eso suele jugar al golf con Barack Obama, quien le ofreció el puesto de embajador en la Argentina como recompensa por las millonarias donaciones que logró movilizar para su campaña presidencial de 2012. Mamet es hoy uno de los principales nexos entre la Casa Blanca y la industria cinematográfica de Los Angeles.

Cuando el Congreso estadounidense apruebe en los próximos días su designación en Buenos Aires, el empresario y lobbista se sumará a una camada de nuevos embajadores de los Estados Unidos relacionados directamente con el mundo hollywoodense, a quienes Obama premió con puestos en importantes misiones diplomáticas. El asesor financiero del show business John Emerson representa a su país en Alemania; James Costos, ex ejecutivo de HBO, en España; y Ruffus Gifford, ex directivo de la productora Davis Entertainment, en Dinamarca. La productora de telenovelas Colleen Bell es candidata para Hungría.

Todos ellos pusieron sus conexiones con la farándula al servicio de las necesidades proselitistas del Partido Demócrata. Se los conoce como bundlers (recaudadores): su tarea es reunir a muchos donantes individuales pertenecientes a ciertos grupos de influencia para que acrediten sus aportes a la campaña como una suma o bundle (paquete). “Además de hacer sus propios aportes, los recaudadores consiguen dinero entre socios y amigos millonarios... y Hollywood tiene una larga tradición en donaciones políticas”, destacó la revista especializada The Hollywood Reporter.

Estos personajes ganaron una notable influencia en las contiendas electorales desde la irrupción en 2010 de los llamados “súper PAC”, fondos que operan con independencia de los partidos y sin topes para recaudar.

La trayectoria de Mamet sirve como ejemplo. Según la plataforma Under the Influence, un proyecto de investigación de la Universidad del Sur de California sobre el financiamiento de campañas en los Estados Unidos, “la operatoria de Mamet se centra en asegurar que las celebrities canalicen sus intereses (y su dinero) en la mejor opción política”. El sitio agrega que el consultor, de 44 años, “hizo su carrera aprovechando estratégicamente las billeteras de actores, directores y productores que anhelan tener cierta influencia política”.

Para celebrities como Scarlett Johansson o Natalie Portman, Mamet es el contacto directo con Washington. En 2012, ayudó a George Clooney en la organización de una cena que recaudó 15 millones de dólares para la reelección de Obama. “El próximo presidente marcará el curso de toda una generación en temas como el desarrollo y la educación, y eso hace que la elección resulte especialmente atractiva para las estrellas jóvenes de Hollywood”, manifestó el futuro embajador durante la última campaña, a la que contribuyó con 500 mil dólares reunidos bajo su nombre.

Pero Mamet no sería un buen bundler si su ámbito de influencia se limitara a la industria del cine. Trabaja junto a los demócratas desde hace dos décadas. Entre 1995 y 2002 sirvió como director de finanzas del líder parlamentario Richard Gephardt. Fundó en 2004 su consultora Mamet & Associates, desde la que estableció vínculos con el mundo de la filantropía en la Costa Oeste. Reportó para la campaña de Hillary Clinton para las primarias de 2008, y recaló en el equipo de Obama para su reelección en 2012. Tiene una relación muy cercana con Jim Messina, estratega electoral del mandatario.

¿Es aceptable que los recaudadores hollywoodenses ocupen puestos diplomáticos? Rick Taylor, un veterano consultor político de los demócratas, dio una respuesta tan cruda como cierta: “Su principal tarea será organizar fiestas y cenas. Y si hay alguien que sabe de fiestas y cenas, es la gente de Hollywood”.

Sorpresiva renuncia del vocero presidencial

AFP/AP desde Washington

El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, renunció sorpresivamente a su puesto, que a partir de ahora será ocupado por el número dos de la Secretaría de Prensa, Josh Earnest. El presidente Barack Obama en persona anunció la partida del ahora ex funcionario en una inesperada aparición ante los periodistas el viernes a última hora. Además, dijo que Josh Earnest será el nuevo encargado de la función.
“Jay se transformó en uno de mis más cercanos amigos; es un gran secretario de prensa y un gran consejero –manifestó el mandatario–. Voy a extrañarlo mucho. Continuaré confiando en él como amigo y consejero, luego de que pase todo el tiempo que pueda del verano con sus hijos y antes de que decida qué será lo próximo en su carrera”.

Carney se ganó la reputación de un disciplinado y ecuánime vocero al que casi nunca se le escaparon declaraciones perjudiciales para la Casa Blanca. Para los corresponsales en Washington era habitual discutir con él, que se enojaba cuando los reporteros lo presionaban en cámara para que respondiera sobre asuntos de política internacional o doméstica. El ex vocero estaba en el puesto desde 2011. Antes había trabajado como periodista acreditado en la Casa Blanca de la prestigiosa revista Time.

 

Misma crítica a los K

En la Argentina se instaló un debate sobre un supuesto proyecto del kirchnerismo para reformar la Ley de Servicio Exterior y ampliar así el cupo de embajadores políticos. En los Estados Unidos existe una discusión similar. Según la Asociación Americana de Servicio Exterior, en el segundo mandato de Obama la cantidad de representantes sin carrera diplomática asciende al 53%, cuando la cifra se ubicó históricamente cerca del 30%. 

En algunos casos, las embajadas son premios para grandes aportantes de dinero a la campaña. Es el caso de Noah Mamet, quien reconoció que no conoce la Argentina ni habla español. El empresario y lobbista californiano provocó críticas de senadores de la oposición al mencionar a la Argentina como un “aliado” de los Estados Unidos. 

Los dardos a Mamet quizá sean, además, una pequeña venganza de los republicanos contra Hollywood, un mundo que se volvió hostil a su partido y en el que quedó muy atrás la popularidad que figuras políticas como Ronald Reagan tuvieron entre las estrellas del espectáculo en el pasado.