INTERNACIONAL
justifico la intervención

Obama dijo que la ofensiva militar en Irak será larga, pero sin tropas

Estados Unidos atacó al Estado Islámico, un grupo que quiere instaurar un califato y amenaza a las minorías religiosas. Tras el anuncio, el presidente se fue de vacaciones.

Comandante en Jefe. El mandatario argumentó que tiene la autorización de Bagdad y que busca evitar una limpieza étnica y religiosa.
| Cedoc

afp/ap
Washington

El presidente Barack Obama se negó ayer a fijar un plazo a la nueva intervención militar de los Estados Unidos en Irak, al tiempo que descartó enviar tropas a ese país. Al respecto, negó que el problema se solucione “en semanas”, en momentos en que aquel país se desgarra por una cruenta guerra civil entre la mayoría chiita y el Estado Islámico, de tendencia sunnita. “Creo que esto va a tardar cierto tiempo”, dijo el mandatario en la Casa Blanca, antes de irse de vacaciones a la isla de Martha’s Vineyard, frente a la costa de Massachusetts.

Obama advirtió a los estadounidenses que la nueva campaña para brindar seguridad en Irak requiere cambios militares y políticos y “será un proyecto a largo plazo”. El mandatario aseveró que las fuerzas de seguridad iraquíes deben reestructurarse para contener el avance de los yihadistas, para lo cual es necesario un gobierno central en Bagdad al que los militares y los ciudadanos le tengan confianza. Obama agregó que Irak necesita un primer ministro con legitimidad, al insinuar que debería dejar su cargo el premier actual, Nuri al-Maliki.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Además, reiteró que Washington no volverá a despachar tropas de infantería a Irak. “Vamos a mantener esa posición porque deberíamos haber aprendido una lección de nuestra prolongada e inmensamente costosa incursión a Irak”, agregó antes de irse de vacaciones con su familia.

Estados Unidos no cerrará su embajada ni el consulado en Irbil, por lo que las operaciones militares también buscarían proteger al personal diplomático que pudiera estar en peligro. Ante la delicada situación humanitaria en Irak, Obama conversó ayer el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, sobre acciones conjuntas de asistencia a la población amenazada por los rebeldes. En ese sentido, la Real Fuerza Aérea británica lanzará suministros para las 150 mil personas que están atrapadas en el monte Sinjar, rodeados por yihadistas.

Dos aviones estadounidenses bombardearon este viernes posiciones del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak, después de que la artillería móvil de los milicianos disparara contra fuerzas kurdas en Erbil, según informó el Pentágono. “El gobierno iraquí y responsables iraquíes de todos los horizontes, partidos y confesiones nos pidieron este apoyo”, declaró Marie Harf, vocera del Departamento de Estado.

El Estado Islámico es un ejército yihadista que combate en Irak y Siria y pretende instaurar un gran califato en la región, borrando las fronteras binacionales. Con ese objetivo, lanzó una cruel persecución contra las minorías religiosas de ambos países, a las que obligan a practicar una versión rigorista del islam.

Abu Bakr al-Baghdadi, líder de la agrupación, se autoproclamó recientemente califa y ordenó a los musulmanes de todo el mundo obedecerlo. Su polémico califato lo radicó en la ciudad iraquí de Mosul, donde la persecución a los cristianos provocó una dura reacción del Vaticano.La organización, que jaquea a Al-Maliki y Bashar al-Assad, amenazó también con atacar a Kuwait y Turquía.

 

Elecciones en Turquía

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, prometió ayer construir una “nueva Turquía” si gana las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo hoy. “Si Dios quiere, mañana nacerá una nueva Turquía. Llegó la hora del final de la vieja Turquía”, aseguró el dirigente que desde 2003 gobierna Turquía con mano de hierro. El primer ministro, favorito según las encuestas, aspira a ser electo presidente en la primera vuelta, para lo que necesita más del 50% de los votos. Su principal rival es Ekmeleddin Ihsanoglu, un profesor experto en el islam.