INTERNACIONAL

Obama molesto: por jugar al Golf complicó una boda

Una pareja de militares iba a casarse. Por su visita, tuvieron que mudar la fiesta a otro lado.

Relajado. El mandatario estadounidense en Hawai ya fue siete veces a las canchas a practicar la habitual ronda de los 18 hoyos reglamentarios.
| AP

Todos los años Barack Obama como Presidente de Estados Unidos se toma vacaciones en Hawai durante el período de las fiestas, más precisamente en la ciudad de Honolulu. Su actividad habitual es socializar, pasear con la familia y jugar intensamente al golf. Pero esta vuelta el preferido deporte presidencial tuvo un ingrediente que es noticia en todos los medios norteamericanos.

Este fin de semana una pareja de militares, el capitán Edward Mallue y la capitana Natalie Heimel tenían organizado su casamiento al aire libre en una conocida cancha de golf ubicada en la misma Honolulu. Todo estaba organizado hace meses y hasta por cortesía al supremo visitante, la pareja habría invitado al presidente Obama a asistir a la fiesta de casamiento. Pero se supo que como es habitual, la Casa Blanca en forma protocolar les contestó que no podía asistir el Presidente por tener otras actividades planeadas.

Días más tarde cuando la pareja estaba ultimando los detalles con la organización del Club de Golf una noticia inesperada surgió: Obama mismo vendría a la cancha pero no a la boda sino a jugar al Golf y la fiesta debía mudarse a otro lugar por razones de seguridad. El hoyo 16, la hermosa vista y el salón cercano donde había todo sido organizado no podrá utilizarse para festejos... por la visita del Presidente al lugar. 

La noticia causó mucha gracia e impacto en los medios locales y rápidamente tomó alcance en todo Estados Unidos. Fue tan fuerte el impacto mediático que Obama decidió comunicarse con la pareja vía telefónica y ofrecer disculpas: “Me siento re mal por esto que pasó. Nadie nos avisó que Uds. iban a casarse justo a la hora que yo paso por ese hoyo de la cancha” dijo Obama. “Si sabía antes cambiaba la agenda” les agregó por teléfono. 

La pareja tomó a bien la llamada de Obama y le comentó que el Club les dispuso otro lugar para la boda en un horario distinto y nuevamente se animaron a invitarlo a asistir. “No, miren, lo peor que ustedes pueden sufrir es que yo vaya al casamiento” les respondió Obama. “Los van a tener que revisar a todos los invitados, pasarlos por el detector de metales, mejor festejen sin mi y les deseo lo mejor” les comentó el Presidente de Estados Unidos. 

Más allá de la circunstancia especial ocurrida con la pareja de capitanes a casarse, en Estados Unidos se sigue de cerca a Obama y su amor por el Golf. El presidente ha tomado muy en serio el juego que suele practicar casi todos los fines de semana. Sólamente en estas vacaciones en Hawai ya fue siete veces a la canchas a practicar la habitual ronda de los 18 hoyos reglamentarios.