INTERNACIONAL

Organizan un funeral de reina y fiestas por la muerte de Thatcher

Así lo dispuso Isabel II. La custodiarán 1500 miembros de las fuerzas de seguridad.

Un ejemplo de cómo será el funeral de Thatcher: la ceremonia de la reina madre Isabel Bowes-Lyon.
| AFP

La reina Isabel II dio su aprobación para que Margaret Thatcher, exprimera ministro de Gran Bretaña, sea despedida la semana que viene con honores de "reina". Así, la política, fallecida el lunes en el Hotel Ritz de Londres, a los 87 años, tendrá un último adiós idéntico al de la princesa Diana de Gales (1997). Sin embargo, y aunque habrá luto oficial durante 4 días, muchos británicos festejarán a lo grande el fallecimiento de la controvertida líder política, que dirigió Gran Bretaña durante una década.

Los detalles fueron comunicados por portavoces de 10th Downing Street, la residencia oficial del primer ministro David Cameron, quienes advirtieron que, siguiendo los deseos de la fallecida "Dama de Hierro" no tendrá un "funeral de Estado" en términos protocolarios, pero sí un "funeral ceremonial", como los que gozaron Lord Mountbatten (último Virrey de la India, asesinado por el IRA en 1978), el de la mencionada princesa Diana, y el de la reina Isabel, madre de la actual monarca (2002).

En el Reino Unido, el "Funeral de Estado" está reservado a los jefes de Estado (reyes o reinas) y a personalidades de grandísima relevancia histórica, como sir Isaac Newton, el comandante Horacio Nelson o sir Winston Churchill. La diferencia más tangible reside en que en el funeral de Estado el carruaje que transporta el féretro es arrastrado por soldados de la Marina, mientras que en el "funeral ceremonial" el carruaje es tirado por caballos, como sucedió en el de Lady Di.

Aunque todavía no hay fecha para el funeral, ya se sabe que un día antes del funeral, el féretro de Thatcher será trasladado la capilla de St. Mary Undercroft, ubicada en el recinto del Parlamento británico y construida a finales del siglo III por Eduardo I. La reina Isabel II es, por tradición, administradora directa de esta capilla, por lo que dio su consentimiento para que los restos de Thatcher reposaran allí durante toda una noche.

El día del funeral la Policía de Londres cortará el acceso al tránsito y se colocarán vallas de protección en las calles donde transitará el ataúd de Thatcher. Desde el Parlamento, estos serán conducidos en un automóvil fúnebre hasta la Iglesia de St. Clement Danes, la capilla de la Real Fuerza Aérea. Allí, el ataúd será colocado en un carro de la Fuerza de Artillería Real y transportado a la Catedral a lo largo de una ruta custodiada por unos 1.500 miembros de todas las ramas de las Fuerzas Armadas Británicas. Otros militares y jubilados del Royal Chelsea Hospital formarán una guardia de honor en las escalinatas de la catedral.

El oficio religioso anglicano tendrá lugar al otro día, en la Catedral de San Pablo, la misma donde se realizó el solemne último adiós (en 1965) a Winston Churchill, considerado un héroe de la II Guerra Mundial, o donde el príncipe Carlos contrajo matrimonio con Lady Di. A la ceremonia asistirán familiares y amigos de Thatcher, el primer ministro actual Cameron y el viceprimer ministro Nick Clegg, y se espera la presencia de Nancy Reagan y de decenas de personalidades de la política ligadas a la fallecida.

Pero, como "guerrera" de la política, la "Dama de Hierro" no logró nunca conquistar a todos los británicos, muchos de los cuales ya se organizan a través de las redes sociales para festejar su muerte. Decenas de personas -cantando "¡Maggie Maggie Maggie, muerta muerta muerta!"- se congregaron espontáneamente para expresar su opinión sobre la dirigente tory en Londres, mientras en en Brixton (al sur de la capital), los manifestantes festejaron el deceso con latas de cerveza, y entonaron canciones alusivas a su paso por el poder.

En Glasgow, la capital industrial de Escocia que a principios del siglo XX era la cuarta ciudad de Europa, el Ayuntamiento tuvo que obligar a retirarse a más de 300 manifestantes reunidos espontáneamente en la plaza principal, respondiendo a una convocatoria por Twitter. Todos cantaban "Adiós, murió la bruja", mientras descorchaban champagne para brindar. Kiki Madden, desempleada, se declaró algo culpable por su alegría al enterarse de la muerte de Thatcher, "pero no puedo negar que Thatcher me arruinó la niñez a fuerza de tristeza.

"Quería terminar con los sindicatos, con el movimiento de la clase obrera; no acabó con nosotros pero esa era su meta", dijo a la prensa Judith Orr, editora del diario de izquierda Socialist Worker. "Me alegra perderla de vista", agregó. En tanto, Clive Barger, un docente de adultos de 62 años, señaló la muerte de Margaret Thatcher  como un "momento histórico", la desaparición de "una de las más viles abominaciones de la historia económica y social".