INTERNACIONAL
como es su vida tras las rejas

Otro Año Nuevo en la cárcel para Odebrecht

El dueño de la constructora pasa las fiestas en prisión junto a los otros detenidos por el Petrolão. Ejercicios, Código Penal y pan dulce tumbero.

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penal. Odebrecht sigue una rutina “espartana” en la cárcel de la Policía Federal en Curitiba. También estuvo alojado en el Complejo Médico Penal de Pinhais, donde compartía celda con directivos de su empresa. | cedoc

Marcelo Odebrecht es el más gordo de los peces que el juez federal Sérgio Moro capturó en la Operación Lava Jato. El presidente de la mayor constructora de América Latina está detenido desde hace un año y medio en Curitiba, donde se acogió a una delación premiada para obtener beneficios en su régimen carcelario, tras ser condenado a 19 años y 4 meses de reclusión. El nieto del fundador del imperio Odebrecht pasó los últimos 558 días en la sede de la Policía Federal en Curitiba, donde está ahora, y el Complejo Médico Penal de Pinhais. Allí también están recluidos los otros directivos que conforman el célebre Club del Billón, integrado por las constructoras que pagaban sobornos a políticos para quedarse con jugosos contratos en la petrolera estatal Petrobras.

En el edificio de la Policía Federal, Odebrecht sigue una rutina “espartana”. Se despierta antes de las seis de la mañana, desayuna barras de cereales, hace ejercicios físicos, toma un café a media mañana y, luego, dialoga durante horas con sus abogados sobre asuntos vinculados con su delación. Su vida tras las rejas fue retratada por Folha de São Paulo, que detalló que pasa 22 horas al día dentro de una celda de 16 metros cuadrados, toda una tortura para el dueño de una riqueza de 4 mil millones de dólares. Recluido por haber pagado sobornos y participado del esquema de corrupción en la petrolera, Odebrecht ya no gana licitaciones ni conquista nuevos mercados. Ahora, tonifica sus músculos y adquiere conocimientos sobre el Código Procesal Penal brasileño.

Ni siquiera mira televisión, ya que el único aparato está instalado en la celda del prestamista Alberto Yousseff, el primero que confesó ante la Justicia.

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Días antes de Navidad, los imputados del Lava Jato recibieron la visita de sus familias. Hasta el lúgubre edificio llegaron su esposa, Isabela Alvarez Odebrecht, y dos de sus tres hijas, que le llevaron pan dulce para amenizar sus segundas fiestas tras las rejas.

Otra prisión. Antes de acogerse a la delación premiada, Odebrecht pasó 212 días en el Complejo Médico Penal de Pinhais. Además de directivos de su compañía, allí también cumplen condena José Dirceu, el poderoso ex jefe de la Casa Civil de Luiz Inácio Lula da Silva, y Antonio Palocci, ex ministro de Hacienda del ex presidente y de Dilma Rousseff. Cada vez que iba al patio, Marcelo era escoltado por guardiacárceles, ante el temor de que en una rebelión otros internos se lo disputaran como si fuese un “trofeo”.

Por colaborar con la fiscalía, su condena se redujo a diez años. Recluido en la cárcel hasta diciembre de 2017, cumplirá el resto de su pena en prisión domiciliaria.