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Padre "monstruo" esclavizó, a su hija pero ella lo perdonó

Noé Walsh abusó de su hija Judy durante años y la obligó a abortar en tres ocasiones. Fue encarcelado pero ella lo ama.

Judy visitó a su padre en 2004, días antes de morir de cáncer. Sintió el amor y la compasión pese a sus abusos.
| Dailymail

Una mujer reveló que visitó a su padre que estaba a punto de morir en la cárcel para decirle "Te amo" pese a que estaba encarcelado por reiterados abusos contra ella, a quien trataba como su “esposa sumisa”.

Judy van Niekerk, una londinense de 46, tenía tan sólo seis años cuando su padre Noé Walsh comenzó a abusar de ella, a quien mantenía encerrada. Durante años, el hombre la golpeó, llegando incluso a dispararle una vez en el pecho y obligarla a someterse a un aborto casi agonizante usando un gancho de ropa.

La mujer relató que cocinaba y limpiaba para su padre después de que su madre abandonó a la familia cuando ella tenía sólo seis años. Durante años, fue sometida a abuso físico y sexual, donde el hombre llegó a romperle huesos y dispararle en el pecho. Ahora, Judy enseña a otros a superar dificultades tras huir de Londres y viajar a Sudáfrica, donde su marido le dio fuerzas para llevar a su padre a la justicia.

Judy explicó que ella no era su única víctima. “Él era malo y mi madre una vez le dijo inútil y perezoso y él la golpeó", afirmó. “Cuando mi madre se fue, él me trataba como una esposa sumisa", explicó la mujer y agregó que Noé la obligó a compartir su cama desde los 11 años. “Yo debería haber estado yendo a la escuela pero él no me dejó. Me decía ‘tenes mucho que hacer aquí’".

"Tuve que quedarme en casa y cuidar de mis cinco hermanos. Me levantaba temprano para preparar el desayuno para todos, y prepararles para que se lleven el almuerzo”, relató. “Luego, tenía que lavar la ropa a mano”

Walsh ganó la custodia de su hija en 1979 cuando ella tenía 12 o 13 años y continuó abusando de ella.
“Me amenazó con cuchillos”, recordó y agregó: "Yo era sólo un niña cuando empezó sexualmente a violarme”. "Mis hermanos no sabían me quedé embarazada ese año, y que tuve un aborto por mi papá", explicó.

Cuando tenía 13 años, Judy teminó con los huesos rotos y su padre amenazó con dispararle. “Él me dijo que estaba mal y no era digno de su amor", y amenazó a la mujer: “Si no cambias, voy a tener que matarte”. Un año después, en medio de una discusión, Noé le disparó en el pecho. “Un vecino llamó a una ambulancia y los médicos dijeron que podría haber muerto”, manifestó Walsh, quien cubrió a su padre y les dijo que había apretado el gatillo ella misma.

“Ese mismo año, me quedé embarazada por segunda vez. Quería quedarme pero papá no podía arriesgarse a que la gente sepa lo que me había hecho”, relató la mujer y detalló: “Me dio un puñetazo en el estómago, me hizo tomar baños calientes y finalmente me practicó un aborto casero usando un gancho de ropa”. Dos años más tarde, Judy tuvo otro aborto en una clínica y volvió a cubrir a su padre.

A los 20, finalmente la mujer se dispuso a escapar y terminó logrando viajar a Sudáfrica, donde conoció a Tiny van Niekerk, 46 años, quien después se casó.

Su marido la ayudó a darse cuenta de que ella no tenía la culpa de como su padre la había tratado y finalmente se armó de valor para enfrentarse a su padre en la Corte. En octubre del 2000, Walsh, quien tenía 55 años enfrentó 30 cargos, donde admitió tres cargos de violación y dos de exposición indecente.

"No había una pantalla en la sala de la corte, y papá me miró directamente como entregué las pruebas” dijo la señora van Niekerk. El juez Carney, quien llevó adelante el proceso judicial, describió los crímenes “como uno de los peores casos de esta naturaleza que había oído en su vida” y encarceló a Wash con una pena de 15 años.

Sin embargo, cuatros años después de su condena, Judy recibió un mensaje donde le informaban que su padre tenía cáncer de pulmón terminal y ella decidió visitarlo. “Me di cuenta que tenía que decirle que me importaba”, aseguró y relató: “Me daba miedo al principio, pero el temor pronto se desvaneció cuando puse los ojos en papá que estaba devastado por el cáncer”. 
"Yo le dije: ‘Te amo’ y me dijo lo mismo”, recordó y concluyó: “finalmente yo estaba en paz”.